El cliento y la clienta llegaron juntos y se quedaron mirándome mientras pasaba su compra por el lector de códigos de barras.
Bip, ris-ras. Bip, ris-ras. Bip, ris-ras.
-Cincuenta y siete con veinticinco, por favor.
-Vale -dijo la clienta, sin hacer ningún movimiento que indicara que A: iba a sacar el monedero para pagar o B: pensaba embolsar la mercancía.
-Vale -dijo el cliento, y me dio su tarjeta.
-¿Quiere una bolsa isotérmica para el congelado? -pregunté mientras esperaba que se imprimiera el resguardo.
-¿Congelado? -preguntó el cliento, y miró a la clienta -. Usted no es mi mujer -dijo-. Y esta no es mi compra.
-Entonces -pregunté, repasando mentalmente una larga lista de palabras malsonantes-, ¿para qué me ha dado la tarjeta?
-...
-No importa, anulo la cuenta, la repito, y esta vez, por favor se lo pido, NO me de la tarjeta.
En ese momento llegó la auténtica y genuina esposa del cliento, con una lechuga en la mano.
-Ya estoy aquí -anunció-. ¿Nos toca?
-Sí -dijo el cliento-. En cuanto le repitan la cuenta a esta señora.
-¿Y eso?
-Nada, la cajera, que no se entera.
Eso: encima de adúltero, mentiroso.
¡BWAJAJAJAJAJAJA!
ResponderEliminar¡Brillante, si señora mía! Una anécdota deliciosa; sencilla; delicada; hilarante. ¡Mi niña por fin ha vuelto a sus orígenes! Pero permíteme que me dirija a ti personalmente, dulce Lorzagirl. Estoy aprendiendo mucho de ti. Tu humor tan blanco es un bálsamo. Me haces pensar en los rebotes tan malsanos que yo me cogía, cuando trabajaba de cara al público.
Y es que es tan sencillo amar a alguien con una visión tan pura... ¡y con unas bufas así, ya ni te cuento!
Intrigadísimo me tienes, chica. Espero que el futuro me coloque en una posición tal, que pueda ofrecerte una oportunidad para ganarte la vida con lo que mejor sabes hacer.
Y no, no le des más vueltas. No nos conocemos; y si ese día no llega, será una lástima.
Tuyo,
Anonimoso.-
Que alegria, ha vuelto uno de esos posts del super (^^)
ResponderEliminarEso si... vaya post mas kafkiano. Para mi que ahi te has encontrado con un pliegue en la realidad (o yo no me he enterado bien de la historia, todo puede ser).
He, he.
ResponderEliminarLorza!
El anónimo es el de la tarjeta haciéndote un raca, seguro.
ResponderEliminar¿Yo el de la tarjeta? ¡Ya quisiera!
ResponderEliminarLe diría a Lorzagirl - "Cielo, coge esta tarjeta y vete de compras a La Casa del Libro, a Elektra Comics y luego, si te queda tiempo, pásate por la FNAC de Callao. Tiene crédito ilimitado. No te preocupes y cómprate algo bonito. Mi habitación de hotel es la número 113. Pasa sin llamar"
Y mientras cenamos algo delicioso, como esas ensaladas Cesar que preparan en el VIPS, veríamos una maraton de películas de Hayao Miyazaki y Harry Potter. Luego, le enseñaría qué es la verdadera MAGIA y no eso que hace el Potter.
Suerte que Novio no me conoce; pero ¿qué puedo decir? Él sabía a que se exponia saliendo con una SUPERSTAR blogera con bufas de infarto y un sentido del humor tan cálido y dulce como un baño de miel.
Anonimoso.-
PD: ¿Y si me registro para no ser el anónimo? Uhm... no, ¿para qué? ¿Para que Novio me parta las piernas?
¡Bwajajajajaja!
"Usted no es mi mujer".
ResponderEliminarJo, que perspicacia...
Simply buenísimo.
ResponderEliminarLo admito: soy fan, ¡¡quiero una camiseta de Lorzagirl!!
Jajajaja... ¿Y si no se llega a dar cuenta? ¡¡¡La señora le hubiera dejado pagar!!!
ResponderEliminarLo que yo digo siempre, que a la gente se le reblandece el cerebro cuando va a comprar.
ResponderEliminarAunque hay grados. Estos lo tenian como Blandi-blup...
Que triste.
tan poco mirará a su "churri" que si no llega a ser por la carencia de congelados en su carrito, le paga la cuenta a la vecina. Ayns, dónde tendría ese hombre la neurona!
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