-Señorita, ¿aquí dan puntos?
Bueno... El año pasado, en un momento de optimismo, conseguí hacerme un corte en una pierna con una botella rota (la rompí yo, claro), y sí, me dieron puntos. Los hicieron fatal, y me ha quedado una cicatriz horrorosa que ni me duele cuando se acerca un nazgul, ni me avisa cuando Voldemort está de morros, ni se parece en nada al plano del metro de Londres.
Vaya, una mierda de cicatriz.
Volviendo al tema, la señora ni sangraba ni nada, pero a la gente todo lo que es gratis se le antoja.
-No, aquí no damos puntos -le dije.
-Pues en el Día los dan.
Pues vaya al Día, pensé, aunque se iba a llevar un chasco, porque en el Día no dan puntos sino mogollones de vales de descuento larguísimos, que hay que concentrar un regimiento de imanes encima para sujetarlos a la puerta de la nevera.
-Pues aquí no.
Jo, si las miradas mataran la tía esa me habría hecho mermelada de lorza en un plis.
En ese mismo momento, en otro lugar...
Ah, no, al reves:
En ese mismo lugar, en otro momento...
Una media hora más tarde se me acerca otra:
-Señorita, ¿aquí canjean puntos?
A ver, si yo no los doy, ¿de dónde los sacan? ¿Les atacan por la calle y les obligan a llevarse los putos puntos? A mí no me ha pasado nunca, pero como hay gente pa tó, lo mismo. Cualquier día abro el periodico y me encuentro "Desarticulada banda de regaladores de puntos que habían regalado vales a 100.000 ancianitas". Y debajo, en pequeñín: "Cajera desalmada se niega a canjear puntos".
En fin, que llega una señora (y esta era joven, que conste), y me pregunta si le canjeo los dichosos puntos.
-No.
-¿Como que no?
-No canjeamos puntos.
-¡Cómo no los van a canjear, si me los han dado aquí mismo!
Se saca un vale todo arrugado y me lo da. Lo leo. La miro. Lo vuelvo a leer. La miro otra vez.
-Aquí pone Superpluf.
-¿Y qué?
-Je... seguro que usted ya lo ha notado... je, je... pe-pe-ro... je, je... esto no es un Superpluf.
Al menos no lo era cuando entré a trabajar esta mañana. A la velocidad que se multiplican lo mismo para cuando salga ya sí que lo es, pero de momento no.
-Entonces, ¿me los va a cambiar o qué?
¡O qué!, ¡o qué!
-No.
-Hay que joderse.
Mira tú por donde, en eso al menos estamos de acuerdo.
A ver a qué le sacas punta ahora, Nastylistillo.
ResponderEliminarCierto futuro director de cine friky me recomendó tu blog hace poco y desde entonces cada día estoy atento a tus novedades, poderes mutantes y delirios freaks. Regalar carcajadas es un don muy valioso, sigue así.
ResponderEliminarSodapop
¿Se te ha ocurrido pensar que esas clientas querían que las lesionases?
ResponderEliminarPropongo que a partir de este año el día 23 de Septiembre sea el "Día Internacional para Maltratar Fisicamente a la Clientela"
La "Mermelada de Lorza" suena untuosa. ¿La venden coon las otras mermeladas o en la casquería?
Perdón por preguntar perooo, por qué una cicatriz debería parecerse al metro de Londres.
ResponderEliminarEl auténtico ANOnimo
ANOnimo, tío, has perdido un frikipunto.
ResponderEliminarPara dudas sobre el metro de Londres:
http://www.hp-lexicon.org/wizards/dumbledore.html
Para resto de dudas:
lorzagirl@gmail.com
o aquí en los comment-arios.
A ver si aprendo a poner links de una vez, porque esto es un rollo.
Otra cosa no, pero currando de cajera conoces gente de todos los "estatus" sociales: bordes, torpes, gilipollas, plastas, acosadores...de todo XD
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