Previously in Lorz...
50% pequeño
Primero se lo explicamos a Bebé-chan.
-Vas a tener un hermanito -le dijimos-. Ahora está en la tripa de mamá; dentro de unos meses saldrá y papá y mamá te querrán mucho más que ahora porque serás la Hermana Mayor y eso mola mucho.
-...
Pero Bebé-chan no parecía entenderlo.
-Dentro de la tripa de mamá hay un hermanito -insistí.
-...
-Espera -le dije. Cogí un rotulador, me levanté la camiseta y me pinté un hermanito en la tripa-. ¿Ves? Un hermanito. En la tripa de mamá.
-¿MANITO TRIPA MAMÁ?
-¡Eso es!
-¿ARA PINTAR MANITO TRIPA NENA?
-Claro, ¿quieres uno? Te lo pinto.
Pero cuando iba a pintar un bebé en la tripa de Bebé-chan a ZaraJota le dio un ataque de histeria.
-¡NO! Nena manito tripa, NUNCA, ¿entendido? Si acaso de aquí a cincuenta o sesenta años, a lo mejor, y siempre que estés CASADA...
Como ZaraJora estaba un poco tenso decidí dejar el tema.
Al día siguiente volví a insistir.
-Mira Bebé-chan, ¿ves la tripa de mamá lo gordota que está? ¡Es porque dentro hay un hermanito!
-¡MANITO TRIPA MAMÁ!
-El hermanito te quiere mucho. Está deseando tener una hermana mayor, ¿sabes?
-CHIIII.
-Y tú, ¿quieres tener un hermanito?
-¡¡¡NOOOO!!! ¡¡¡NENA MANITO TRIPA NUNCA!!!
Creo que la estamos confundiendo.
23 febrero 2015
17 febrero 2015
El tamaño no importa
Previously in Lorz...
50% embarazada
Una semana exacta más tarde dejamos a #bebechan con la abuela y nos fuimos al médico. Fue un viernes, me acuerdo perfectamente porque después conocimos a Fle.
El médico me preguntó la fecha de la última menstruación y yo se la dije y abrió mucho los ojos.
-¡Pero si estás de NADA!
-Estoy de un mes. Desde el día ocho -Zarajota me dio una patada por debajo de la mesa. Debe ser un tic nervioso que tiene.
-Bueno, vamos a verlo... Si es que hay algo que ver, claro.
Me subí al potro de tortura y abrí las patitas y no voy a entrar en detalles porque ya sabéis de qué va el tema.
-Pues sí -dijo el médico-. Ahí está... Mira, eso que parpadea es el corazón...
-Ooooooh...
-...que ni suena ni nada, claro, es que es pequeñísimo.
-¿Y para cuando es?
-Es muy pronto para confirmarlo, todavía es pequeñísimo... Yo diría que para la primera semana de septiembre.
-Jijijiji... tenemos una boda el día cinco.
El médico se lo pensó.
-Yo de ti no me compraría el modelito todavía. Aunque ya veremos, todavía es...
Ahí se me hincharon los ovarios. O sea, más.
-Pequeño, ¿no? Desde luego... ¡Ya estamos prejuzgando a la gente sin conocerla! ¿A ver? ¿Qué es pequeñísimo, según tú?
-2,6 milímetros.
Pues sí que es un poco mierder, sí.
Un mes más tarde volvimos al médico y me hicieron otra ecografía.
Después el médico nos dijo que tenía que contarnos algo.
-El tamaño del bebé no se corresponde con el tiempo que tiene.
-Ya. Es pequeño.
-No. En realidad... ahora es grande. De hecho, bastante más grande de lo que le corresponde.
Desde luego, la cosa es ponerle faltas
50% embarazada
Una semana exacta más tarde dejamos a #bebechan con la abuela y nos fuimos al médico. Fue un viernes, me acuerdo perfectamente porque después conocimos a Fle.
El médico me preguntó la fecha de la última menstruación y yo se la dije y abrió mucho los ojos.
-¡Pero si estás de NADA!
-Estoy de un mes. Desde el día ocho -Zarajota me dio una patada por debajo de la mesa. Debe ser un tic nervioso que tiene.
-Bueno, vamos a verlo... Si es que hay algo que ver, claro.
Me subí al potro de tortura y abrí las patitas y no voy a entrar en detalles porque ya sabéis de qué va el tema.
-Pues sí -dijo el médico-. Ahí está... Mira, eso que parpadea es el corazón...
-Ooooooh...
-...que ni suena ni nada, claro, es que es pequeñísimo.
-¿Y para cuando es?
-Es muy pronto para confirmarlo, todavía es pequeñísimo... Yo diría que para la primera semana de septiembre.
-Jijijiji... tenemos una boda el día cinco.
El médico se lo pensó.
-Yo de ti no me compraría el modelito todavía. Aunque ya veremos, todavía es...
Ahí se me hincharon los ovarios. O sea, más.
-Pequeño, ¿no? Desde luego... ¡Ya estamos prejuzgando a la gente sin conocerla! ¿A ver? ¿Qué es pequeñísimo, según tú?
-2,6 milímetros.
Pues sí que es un poco mierder, sí.
Un mes más tarde volvimos al médico y me hicieron otra ecografía.
Después el médico nos dijo que tenía que contarnos algo.
-El tamaño del bebé no se corresponde con el tiempo que tiene.
-Ya. Es pequeño.
-No. En realidad... ahora es grande. De hecho, bastante más grande de lo que le corresponde.
Desde luego, la cosa es ponerle faltas
09 febrero 2015
Estadística aplicada
Lo primero es lo primero: gracias por los cienes y cienes (o decenas) de comentarios del post anterior. Los he leído todos. Contestarlos ya es más difícil. Así que gracias.
Y ahora, al turrón.
El 8 de diciembre de 2014 Skynet tomó conciencia de sí misma.
No, espera, no era eso.
El 8 de diciembre de 2014 Zarajota y yo jugamos una partida de parchís que quedará para los anales de la historia, y luego nos echamos la siesta.
No sé donde estaría Bebé-chan; supongo que jugando con un martillo o algo.
Cuando me desperté, le dije a Zarajota:
-¡¡¡ESTOY EMBARAZADA!!!
-¿Qué? ¿Qué? ¿Cómo?
Vale, igual habría sido mejor esperar a que él estuviera despierto también.
-Que estoy embarazada.
-¡Imposible!
-Hombre, tanto como imposible... Acabamos de jugar al parchís a pelo.
-Pero...
-¿Qué pasa? ¿Intentas desentenderte de tus responsabilidades?
-No, pero...
-¡ES QUE TODOS SOIS IGUALES! ¡A LA HORA DE AGITAR EL CUBILETE TODO SON PROMESAS PERO UNA VEZ QUE OS COMÉIS LA FICHA SI TE VISTO NO ME ACUERDO!
-Por dios, baja el tono, que vas a despertar a Bebé-chan... -ah, es verdad, la nena estaba durmiendo la siesta-. Lo que intento decir ES QUE NO HA DADO TIEMPO. A estas horas mis... fichas todavía deben estar dando vueltas en círculo: llevan mis genes, son incapaces de preguntar por la dirección. Y aunque alguna hubiera llegado de pura casualidad, es imposible que notes nada todavía.
-Pues yo estoy embarazada.
-Pero a ver, qué notas?
-Pues... La tripa al ralentí.
Cuando éramos pequeños mi abuelo usaba un motor de gasoil para sacar el agua del pozo. El motor hacía un ruido espantoso, pero estábamos tan acostumbrados que solo lo notábamos cuando se apagaba. Mi tripa era el motor de gasoil en marcha, haciendo ruido en la caseta sin que nadie lo escuchara.
-¡Te lo estás inventando!
-¡Qué sabrás tú del milagro de la vida, so opresor falocéntrico!
La cosa quedó ahí.
Pero al día siguiente mis tetas no cabían en el sujetador y tenía los pezones como para cortar cristales. Me sentía como una muñeca inflable.
-Estoy embarazada -le dije a Zarajota-. Mira mis tetas.
ZaraJota las miró con atención.
-No sé, no sé... Creo que tengo que hacer un estudio más detallado.
-Eso, encima de falocéntrico, pervertido.
Otro día fuimos al súper y no pude ni acercarme a la pescadería del asco que me entró. Y otro día puede (solo puede) que potara en el baño de la primera planta del Istituto Italiano de Cultura (lo dejé muy limpio después).
Para entonces tenía un gripazo del copón y no me atrevía a tomarme nada porque estaba convencida de que estaba muy preñada. No tenía fiebre, pero sí una tos espantosa que no me dejaba hablar, para felicidad de propios y extraños. Y en la farmacia solo quisieron darme un mejunje que olía (y sabía) como la lejía de fregar el baño, y que hacía aproximadamente el mismo efecto.
Pero lo que de verdad me estaba matando era la ciática, sobre todo porque Bebé-chan estaba rebosante de energía y me obligaba a perseguirla por los doquieres y cada vez que podía tumbarme un rato saltaba sobre mí y me gritaba DIPIERTA MAMÁ DIPIERTA.
Al final no pude más y me fui a la farmacia:
-Necesito algo para el dolor de la pierna, pero creo que estoy embarazada.
-¿Cómo que crees? ¿Cuanto retraso tienes?
No estaba segura de si lo del retraso se refería a mi regla o a mi cerebro. Decidí ir a por lo primero.
-¿Retraso? Ninguno. ¡Si no me toca hasta la semana que viene!
La farmacéutica me miró como si hubiera confirmado lo segundo.
-Verás, si crees que puedes estar embarazada no puedo darte nada. Pero me acaban de llegar unos test de embarazo que funcionan desde el día siguiente a... la concepción. Hazte uno y si sale que no vuelves y te doy algo.
Y eso hice.
Salió negativo y lo celebré tomándome un ibuprofeno.
Diiiiiiiiiios... qué maravilla...
-Supongo que todos los síntomas eran de la propia gripe -le dije a ZaraJota. -Aunque nunca he oído hablar de una gripe que te ponga los pezones como el casco de un vikingo.
Pasaron los días y la gripe y la ciática fueron a mejor, pero yo seguía con la tripa al ralentí y cada vez tenía más ganas de potar y empezaba a tener superolfato que te cagas y eso empeoraba lo de las potas porque lo olía TODO, tanto que un día fuimos a brunchear a casa de Mahira y Mahira tiene un erizo y el erizo come comida de gato y la comida de gato estaba en una bolsa CERRADA pero yo podía olerla desde el otro extremo de la habitación y solo pensaba en que iba a potar en el sofá de Mahira y en que el sofá de Mahira es BLANCO y que seguramente Mahira lo ha comprado así a propósito porque ME ODIA y al final le hice un gesto a Zarajota y nos inventamos no sé qué excusa y salimos corriendo y creo que pensaron que éramos muy raros y sus razones tendrían, no digo yo que no.
Para nochevieja ya iba con retraso, así que me pasé la cena viendo a mi familia ponerse morada de ibéricos.
-Anda, que ayer te pusiste morada de jamón -me dijo la Tita del Puerto al día siguiente.
Lorzconsejo: Tita del Puerto, necesitas revisar la graduación de tus gafas.
Y luego ZaraJota se fue a trabajar y yo me fui a la farmacia y me compré otra prueba de embarazo, que tardó aproximadamente tres segundos en dar positivo.
Podía haber llamado a ZaraJota en ese mismo momento para regodearme.
Yo tenía razón.
Yo tenía razón.
Yo tenía razón.
En vez de eso envolví el test en papel de regalo y se lo di a Bebé-chan.
-Es un regalo para papá, ¿vale? Dáselo cuando venga.
Y eso hizo.
-TOMA PAPÁ, UN GUEGALO.
ZaraJota desenvolvió el regalo y se quedó mirando el palito un rato con mucha concentración.
-Estadísticamente -me dijo- solo estás medio embarazada.
Ya no sabe qué hacer para eludir sus responsabilidades.
Pd: mandarme los datos para el #Lorzfunding ya, coñe.
Y ahora, al turrón.
El 8 de diciembre de 2014 Skynet tomó conciencia de sí misma.
No, espera, no era eso.
El 8 de diciembre de 2014 Zarajota y yo jugamos una partida de parchís que quedará para los anales de la historia, y luego nos echamos la siesta.
No sé donde estaría Bebé-chan; supongo que jugando con un martillo o algo.
Cuando me desperté, le dije a Zarajota:
-¡¡¡ESTOY EMBARAZADA!!!
-¿Qué? ¿Qué? ¿Cómo?
Vale, igual habría sido mejor esperar a que él estuviera despierto también.
-Que estoy embarazada.
-¡Imposible!
-Hombre, tanto como imposible... Acabamos de jugar al parchís a pelo.
-Pero...
-¿Qué pasa? ¿Intentas desentenderte de tus responsabilidades?
-No, pero...
-¡ES QUE TODOS SOIS IGUALES! ¡A LA HORA DE AGITAR EL CUBILETE TODO SON PROMESAS PERO UNA VEZ QUE OS COMÉIS LA FICHA SI TE VISTO NO ME ACUERDO!
-Por dios, baja el tono, que vas a despertar a Bebé-chan... -ah, es verdad, la nena estaba durmiendo la siesta-. Lo que intento decir ES QUE NO HA DADO TIEMPO. A estas horas mis... fichas todavía deben estar dando vueltas en círculo: llevan mis genes, son incapaces de preguntar por la dirección. Y aunque alguna hubiera llegado de pura casualidad, es imposible que notes nada todavía.
-Pues yo estoy embarazada.
-Pero a ver, qué notas?
-Pues... La tripa al ralentí.
Cuando éramos pequeños mi abuelo usaba un motor de gasoil para sacar el agua del pozo. El motor hacía un ruido espantoso, pero estábamos tan acostumbrados que solo lo notábamos cuando se apagaba. Mi tripa era el motor de gasoil en marcha, haciendo ruido en la caseta sin que nadie lo escuchara.
-¡Te lo estás inventando!
-¡Qué sabrás tú del milagro de la vida, so opresor falocéntrico!
La cosa quedó ahí.
Pero al día siguiente mis tetas no cabían en el sujetador y tenía los pezones como para cortar cristales. Me sentía como una muñeca inflable.
-Estoy embarazada -le dije a Zarajota-. Mira mis tetas.
ZaraJota las miró con atención.
-No sé, no sé... Creo que tengo que hacer un estudio más detallado.
-Eso, encima de falocéntrico, pervertido.
Otro día fuimos al súper y no pude ni acercarme a la pescadería del asco que me entró. Y otro día puede (solo puede) que potara en el baño de la primera planta del Istituto Italiano de Cultura (lo dejé muy limpio después).
Para entonces tenía un gripazo del copón y no me atrevía a tomarme nada porque estaba convencida de que estaba muy preñada. No tenía fiebre, pero sí una tos espantosa que no me dejaba hablar, para felicidad de propios y extraños. Y en la farmacia solo quisieron darme un mejunje que olía (y sabía) como la lejía de fregar el baño, y que hacía aproximadamente el mismo efecto.
Pero lo que de verdad me estaba matando era la ciática, sobre todo porque Bebé-chan estaba rebosante de energía y me obligaba a perseguirla por los doquieres y cada vez que podía tumbarme un rato saltaba sobre mí y me gritaba DIPIERTA MAMÁ DIPIERTA.
Al final no pude más y me fui a la farmacia:
-Necesito algo para el dolor de la pierna, pero creo que estoy embarazada.
-¿Cómo que crees? ¿Cuanto retraso tienes?
No estaba segura de si lo del retraso se refería a mi regla o a mi cerebro. Decidí ir a por lo primero.
-¿Retraso? Ninguno. ¡Si no me toca hasta la semana que viene!
La farmacéutica me miró como si hubiera confirmado lo segundo.
-Verás, si crees que puedes estar embarazada no puedo darte nada. Pero me acaban de llegar unos test de embarazo que funcionan desde el día siguiente a... la concepción. Hazte uno y si sale que no vuelves y te doy algo.
Y eso hice.
Salió negativo y lo celebré tomándome un ibuprofeno.
Diiiiiiiiiios... qué maravilla...
-Supongo que todos los síntomas eran de la propia gripe -le dije a ZaraJota. -Aunque nunca he oído hablar de una gripe que te ponga los pezones como el casco de un vikingo.
Pasaron los días y la gripe y la ciática fueron a mejor, pero yo seguía con la tripa al ralentí y cada vez tenía más ganas de potar y empezaba a tener superolfato que te cagas y eso empeoraba lo de las potas porque lo olía TODO, tanto que un día fuimos a brunchear a casa de Mahira y Mahira tiene un erizo y el erizo come comida de gato y la comida de gato estaba en una bolsa CERRADA pero yo podía olerla desde el otro extremo de la habitación y solo pensaba en que iba a potar en el sofá de Mahira y en que el sofá de Mahira es BLANCO y que seguramente Mahira lo ha comprado así a propósito porque ME ODIA y al final le hice un gesto a Zarajota y nos inventamos no sé qué excusa y salimos corriendo y creo que pensaron que éramos muy raros y sus razones tendrían, no digo yo que no.
Para nochevieja ya iba con retraso, así que me pasé la cena viendo a mi familia ponerse morada de ibéricos.
-Anda, que ayer te pusiste morada de jamón -me dijo la Tita del Puerto al día siguiente.
Lorzconsejo: Tita del Puerto, necesitas revisar la graduación de tus gafas.
Y luego ZaraJota se fue a trabajar y yo me fui a la farmacia y me compré otra prueba de embarazo, que tardó aproximadamente tres segundos en dar positivo.
Podía haber llamado a ZaraJota en ese mismo momento para regodearme.
Yo tenía razón.
Yo tenía razón.
Yo tenía razón.
En vez de eso envolví el test en papel de regalo y se lo di a Bebé-chan.
-Es un regalo para papá, ¿vale? Dáselo cuando venga.
Y eso hizo.
-TOMA PAPÁ, UN GUEGALO.
ZaraJota desenvolvió el regalo y se quedó mirando el palito un rato con mucha concentración.
-Estadísticamente -me dijo- solo estás medio embarazada.
Ya no sabe qué hacer para eludir sus responsabilidades.
Pd: mandarme los datos para el #Lorzfunding ya, coñe.
04 febrero 2015
Siempre hay que guardar el ticket de compra
¿Os acordáis de esto?
Pues os voy a decir una cosa:
No os recomiendo esa marca.
Me pregunto si me devolverán el dinero.