I'm back!
Dejar de enviarme amenazas, plis...
Previously, in Lorz...
Decíamos ayer, ejem, que la insensata de mi cuñada de hecho dejó que su hijo, el sobrinito de 17 años de ZaraJota™, viniera a pasar unos días con nosotros.
Quins nervis!
Cuando el sobrinito llegó hacía mucho tiempo que yo no había tenido contacto directo con un adolescente (concretamente, 12 años) por lo que estos días han sido muy instructivos para mí.
Estas son las cosas que he aprendido:
1.- Los adolescentes huelen. No importa que tengan la ropa limpia, no importa que se duchen y perfumen cada día: los adolescentes huelen. Ojo, no huelen mal. Huelen a adolescentes.
2.- Los adolescentes que fuman tabaco negro apestan. No importa que sean extremadamente educados y sólo fumen en espacios abiertos, y que incluso salgan a la puerta de la calle cuando les apetece un piti en la sobremesa, o que si les apetece fumar a las cuatro de la mañana enciendan cuidadosamente una vela aromática: el olor a tabaco se les pega a la ropa y al pelo, y se extiende como un hongo atómico a su alrededor.
3.- A las cobayas el olor a tabaco negro les mola. Cada vez que el crío volvía a casa después de fumar Arale-Chan se ponía a dos patas (resulta que tiene patas... creíamos que dormía todo el día porque había perdido las patas y no se podía mover) y se dedicaba a olisquear el aire poniendo ojitos viciosos. Ahora cuando enciendo una vela aromática saca el hocico de su pigloo, olisquea, y se vuelve a esconder con evidente decepción.
4.- Los adolescentes siempre tienen hambre y son capaces de comer cualquier cosa en cualquier orden, sin importar si es dulce, salado o caducó hace tres semanas.
5.- Los adolescentes no se cansan nunca. Después de pasar todo el día en Faunia,
ZaraJota™ y yo sólo queríamos tumbarnos en el sofá con nuestros doloridos pies metidos en un cubo de hielo, pero el niño parecía tan fresco como si sólo hubiera salido a comprar el pan.
6.- Los adolescentes, en el momento en el que deciden dormir, duermen sin parar, durante horas, en cualquier lugar, postura o situación, por mucho que intentes dar portazos o se te caigan cacerolas al suelo accidentalmente.
7.- Los adolescentes deberían relacionarse sólo con adolescentes. Si crees que puede ser interesante que un chaval de 17 años que todavía no sabe qué hacer con su vida pase una velada debatiendo con hombres de treinta y pocos que ya han terminado los estudios y que se han tenido que enfrentar al mundo real, y que esto le puede ayudar a orientar su futuro es que tienes un problema mental grave. A los treinta y tantos estás tan desconcertado por el mundo real como a los 17: la única diferencia es que lo disimulas mejor.
8.- Los adolescentes no deberían mezclarse con nuestros amigos bajo ninguna circunstancia, debido a que existe un marcado salto generacional: el niño tiene una edad mental de 17 años, mientras que nuestros amigos la tienen de 2.
Pd: Sin ánimo de ofender. De verdad me lo pasé GENIAL.
30 abril 2010
14 abril 2010
Fuera de conexión
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Si desean contactar con la semoviente en cuestión pueden dirigirse a la dirección de correo electrónico lorzagirl@gmail.com o enviar un mensaje a Arale-Chan a través de caralibro
Gracias, y disculpen las molestias.
Ya lo veo venir:
-Piyu piyu.*
-¿Tienes hambre otra vez?
-¡Piyú!**
-Te he puesto hace menos de diez minutos.
-¡PIYÚ PIYÚ PIYÚ!***
-Deja de saltar encima del ordenador, que me lo llenas todo de pelos.
-¡PIYÚÚÚÚÚÚÚÚÚÚÚÚU!****
-Venga, come tomatito.
-Piyuuuu.*****
-¿Ves como querías tomatito rico? Es que tengo un instinto maternal que tira de espaldas.
*Tengo un mensaje para tí.
**Por supuesto, pero también tengo un mensaje para tí.
***¡Que no es eso, retrasada! ¡Que tienes un mensaje!
****¡Por mí como si se te llena de mierda de mono! ¡Lee el puto mensaje!
*****Tomatito riiiiiiico.
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Gracias, y disculpen las molestias.
Ya lo veo venir:
-Piyu piyu.*
-¿Tienes hambre otra vez?
-¡Piyú!**
-Te he puesto hace menos de diez minutos.
-¡PIYÚ PIYÚ PIYÚ!***
-Deja de saltar encima del ordenador, que me lo llenas todo de pelos.
-¡PIYÚÚÚÚÚÚÚÚÚÚÚÚU!****
-Venga, come tomatito.
-Piyuuuu.*****
-¿Ves como querías tomatito rico? Es que tengo un instinto maternal que tira de espaldas.
*Tengo un mensaje para tí.
**Por supuesto, pero también tengo un mensaje para tí.
***¡Que no es eso, retrasada! ¡Que tienes un mensaje!
****¡Por mí como si se te llena de mierda de mono! ¡Lee el puto mensaje!
*****Tomatito riiiiiiico.
07 abril 2010
Un hombre lobo en mi sofá (bis bis)
Previously, in Lorz...
No se dicen jodidas palabrotas.
La tarde anterior a la llegada del sobrino de hecho estaba nerviosísima.
En parte, porque acababa de llegar de Barcelona con una maleta llena de ropa apestosa, en parte porque tenía que planchar otra tonelada de ropa para volver a Barcelona dos días más tarde, en parte porque mientras estuve fuera ZaraJota™ se había ocupado de la casa y no lo había hecho cómo a mí me gusta (¿tan difícil es ordenar las cosas de la nevera alfabéticamente? ¿eh? ¿eh? ¿EH?) y sobretodo porque iba a tener tres días en casa a un adolescente y no tenía ni idea de qué podíamos hacer para que se divirtiera.
Por la noche no paraba de dar vueltas en la cama, hasta que ya no pude más.
-¿ZaraJota™?
-¿Umf...?
-¿Estás dormido?
-Ya no.
-¡Estamos hechos el uno para el otro! ¡Hasta nos da insomnio a la vez!
-Que casualidad... ¿qué te pasa?
-Estoy preocupada por el niño.
-Nunca debí dejarte ver esa película... Ya no sé cómo decírtelo: el niño NO es un hombre lobo.
-Todavía.
-Aix...
-Pero no es eso lo que me preocupa.
-Está bien: Hermano Pequeño tampoco es un vampiro, si es eso lo que vas a decir. Debería tomar más el sol, sí. Debería escoger mejor su ropa, sí. Debería evitar su obsesión por las mujeres de belleza renacentista, sí. Pero NO es un vampiro.
-No es eso... es por tu sobrino, ¡seguro que se aburre con nosotros!
-Pues que se haga una p... No se va a aburrir.
-¡Sí que lo hará! No dirá nada porque es muy educado, pero volverá a casa pensando que somos unos puretas.
-¿Puretas? ¿Todavía se usa esa palabra?
-¡No lo sé! ¿Lo ves? ¡Estamos desfasados! ¿Qué vamos a hacer con él?
-Trocearlo y esparcir sus restos por las alcantarillas de Madrid... ¿tú que crees? ¡Sacarlo de paseo a ver cosas!
-¿Qué cosas? No tenemos ni idea de lo que le gusta a los chicos de esa edad.
-Ya... Buenos, pensemos. ¿A ti que te gustaba?
-Irme a la Cuesta Moyano, comprarme un par de libros por cuatro duros y luego tumbarme en el cesped del retiro a tomar el sol mientras leía. ¿Y a ti?
-Enzarzarme en discusiones sobre cómics IRC.
-...
-...
-A lo mejor lo de trocearlo no es tan mala idea.
No se dicen jodidas palabrotas.
La tarde anterior a la llegada del sobrino de hecho estaba nerviosísima.
En parte, porque acababa de llegar de Barcelona con una maleta llena de ropa apestosa, en parte porque tenía que planchar otra tonelada de ropa para volver a Barcelona dos días más tarde, en parte porque mientras estuve fuera ZaraJota™ se había ocupado de la casa y no lo había hecho cómo a mí me gusta (¿tan difícil es ordenar las cosas de la nevera alfabéticamente? ¿eh? ¿eh? ¿EH?) y sobretodo porque iba a tener tres días en casa a un adolescente y no tenía ni idea de qué podíamos hacer para que se divirtiera.
Por la noche no paraba de dar vueltas en la cama, hasta que ya no pude más.
-¿ZaraJota™?
-¿Umf...?
-¿Estás dormido?
-Ya no.
-¡Estamos hechos el uno para el otro! ¡Hasta nos da insomnio a la vez!
-Que casualidad... ¿qué te pasa?
-Estoy preocupada por el niño.
-Nunca debí dejarte ver esa película... Ya no sé cómo decírtelo: el niño NO es un hombre lobo.
-Todavía.
-Aix...
-Pero no es eso lo que me preocupa.
-Está bien: Hermano Pequeño tampoco es un vampiro, si es eso lo que vas a decir. Debería tomar más el sol, sí. Debería escoger mejor su ropa, sí. Debería evitar su obsesión por las mujeres de belleza renacentista, sí. Pero NO es un vampiro.
-No es eso... es por tu sobrino, ¡seguro que se aburre con nosotros!
-Pues que se haga una p... No se va a aburrir.
-¡Sí que lo hará! No dirá nada porque es muy educado, pero volverá a casa pensando que somos unos puretas.
-¿Puretas? ¿Todavía se usa esa palabra?
-¡No lo sé! ¿Lo ves? ¡Estamos desfasados! ¿Qué vamos a hacer con él?
-Trocearlo y esparcir sus restos por las alcantarillas de Madrid... ¿tú que crees? ¡Sacarlo de paseo a ver cosas!
-¿Qué cosas? No tenemos ni idea de lo que le gusta a los chicos de esa edad.
-Ya... Buenos, pensemos. ¿A ti que te gustaba?
-Irme a la Cuesta Moyano, comprarme un par de libros por cuatro duros y luego tumbarme en el cesped del retiro a tomar el sol mientras leía. ¿Y a ti?
-Enzarzarme en discusiones sobre cómics IRC.
-...
-...
-A lo mejor lo de trocearlo no es tan mala idea.