Esta semana ha sido la del cabreo universal.
No sé por qué, pero me levanté el lunes enfadada con el mundo y con ganas de dar de tortas al cosmos.
Por un lado sigo trabajando mucho. No me da tiempo a escribir, ni a hacer cosas en casa, ni a acosar sexualmente a ZaraJota™, ni nada, y aunque llego a casa muy cansada pienso que al menos tengo un trabajo, y cobro todos los meses, y que tengo mucha suerte.
Eso es precisamente una de las cosas que me mosquea: tener un trabajo no debería ser cuestión de suerte, sino lo normal para todo el mundo.
Bueno, menos para los niños.
Y los ancianos.
Y la gente que sale en las revistas del corazón.
Por otro lado sigo teniendo mermada la funcionalidad de mis extremidades. Llevo más de un mes así, y todo el mundo sabe que estar cojo estropea el caracter.
Después de luna larga, laaaaaaaaaarga rehabilitación sin observar mejoría aparente volví al médico.
-Mira, el músculo está bien, lo que pasa es que te ha salido un bulto.
-No puede ser. Mi pareja se negó a fecundarme.
-Está aquí, ¿lo ves? Justo debajo del músculo. Eso hace que te duela, pero ya estás recuperada.
-Pues vaya mierda de recuperación, oiga.
-De todas formas vamos a sacártelo.
Al oirle se me pusieron los ojitos golosos de la emoción. ¡Me van a sacar un bulto, como a Florecilla del Campo! ¡Y en sólo un mes! ¡A ella tardaron casi nueve en quitárselo!
-¿Me lo podré llevar a casa, y ponerle esos calcetincitos tan pequeñitos y monos?
-Eh... No, nos lo quedamos nosotros.Yo no creo que eso sea legal, pero lo consulté con ZaraJota™ y me explicó que tengo razón, que el bulto es mío y que tengo derecho a quedármelo, pero que no entiende para qué lo quiero, porque no es un bulto rosadito y mono como el de Florecilla, sino una masa gelatinosa amarillenta y semejante al pus.
La verdad, no sé si le van a quedar bien los calcetincitos.
Entretanto me llamó Ephedro para decirme que venía a Madrid y que me invitaba a una fiesta EsPopMamá.
-Pero Lorz, ten en cuenta que es una fiesta Pop. La gente va a venir muy mona y arreglada.-No sé si voy a poder. Voy directa desde el trabajo y tengo que dar una imagen.
Jo, que si el guardia de seguridad me ve llegar mona y arreglada lo mismo no me reconoce y no me deja entrar.
Llegado este punto de la semana, el jueves por la noche se acabó la comida de Arale-Chan.
Bueno, no exactamente.
Tiene heno.
Toneladas de heno.
Tiene pienso.
Toneladas de pienso.Y tiene una especie de donuts diminutos hechos con alfalfa prensada que le encantan.
Nibble Rings, de Vitakraft. No me pagan por hacer publicidad pero me gustaría.
Lo que se acabó fue la verdura. Los tomates en rama, las espinacas frescas, las manzanas, las peras, los pimientos verdes y las uvas.
Sólo quedaban naranjas y kiwis, y quedaban precisamente porque cuando se las doy me dice que si tanto me gustan que me las meta por el c%l%, porque lo que es ella no se las va a comer.
Maldita rata gourmet.
El jueves por la noche el bicho se conformó con las tres hojas mustias que encontró esparcidas por la jaula.
El viernes por la mañana empezó a gritar. Toda la mañana piyupiyuando como una loca.
El viernes a medio día estaba exhausta y se tumbó a mirarme con el ceño fruncido.
Para cuando nos fuimos a la fiesta ya no me hablaba.
De camino a la fiesta el metro nos dejó tirados en Ciudad Universitaria, y cuando salimos al exterior nos encontramos en medio de un megabotellón universitario.
Mientras tratábamos de salir del mogollón, un chico muy amable nos dijo que tenía hierba.
-Oye -le dije a ZaraJota™-, ¿le pedimos un poco para Arale-Chan?
No sé por qué, pero la idea no le gustó nada.
28 febrero 2009
21 febrero 2009
Y más estrés
Jo.
Vaya semanita.
Por una parte me he librado de la autoescuela, porque el profesor se niega a meterse conmigo en el coche hasta que no recupere la movilidad en los pies.
Estoy muy enfadada, porque me parece injusto que no me deje conducir sólo porque no puedo darle a los pedales, pero el barrio ha salido ganando: han quitado los sacos de arena, los niños salen a jugar a la acera...
En el supermercado seguimos teniendo mucho trabajo.
Mucho, mucho, mucho, pero mucho mucho.
Resulta que aunque haya crisis la gente tiene que seguir comiendo; la única diferencia es que en vez de jamón serrano comen chopped.
Todavía no puedo afirmar nada con certeza, pero estoy trabajando en la hipótesis de que realmente la crisis la han provocado los fabricantes de chopped a propósito.
Por otra parte sigo con la rehabilitación.
La primera semana, según llegaba a la clínica, una chica me metía en una habitación y me aplicaba láser en la zona afectada.
La segunda semana la chica no estaba, pero me atendió otra.
-Vengo al láser -le dije.
-Pasa y te lo pongo.
-Vale.
En cuanto me vio entrar empezó a gritar y a hacer aspavientos.
-¡NO! ¡SAL! ¡INSENSATA! ¡Tienes que ponerte las gafas!-Ya llevo unas, oiga.
-No, las tuyas no. Las gafas protectoras. El láser es muy peligroso, si entras sin gafas puedes quedarte ciega.-Pues llevo una semana y no me he puesto las gafas ningún día.
Creo que la chica se quedó convencida, porque no me dijo nada más.
Eso sí, se santiguó.
Dos veces.
Además esta semana hemos estado pendientes de Florecilla del Campo porque tenían que ingresarla en el hospital para extirparle un bulto.
El bulto le salió hace unos meses, y empezó a crecer y a crecer hasta alcanzar un tamaño considerable. Ella estaba muy ilusionada con la idea de que lo sacaran, pero creo que ha cometido un error. Resulta que se trata de un tipo de bulto que cuando te lo extirpan te lo tienes que llevar a casa, y tienes que darle de comer, cambiarle los pañales, sacarlo de paseo...
Y hacerle cucamonas, y ver cómo sonríe, y ponerle esos calcetincitos tan pequeñitos y tan monos...
Todo muy incómodo.
A mí, desde luego, no me gustaría, y no le tengo ni un poquito de envidia.
No.
Que va.
Apenas nada.
Ni un poquito.
Por eso llamé a ZaraJota™, para decirle la poca envidia que me da:
-¡¡¡FECÚNDAME!!! ¡¡¡Fecúndame AHORA!!!
-Ahora no es el momento, Lorz, que estoy trabajando.
-No pasa nada. Tú ve despejando la mesa que voy para allá.
-Sabes perfectamente que no podemos. El piso es pequeño, trabajamos muchas horas, y corremos el riesgo de que se parezca a ti.
-¡¡¡Pues si no me fecundas tú me fecundaré yo sola!!!
-Eso no es posible.-Claro que sí, las ranas pueden. Lo vi en un documental.
-Lorz, te lo he dicho muchas veces: Parque Jurásico NO es un documental.La cosa es quitarme la ilusión.
Vaya semanita.
Por una parte me he librado de la autoescuela, porque el profesor se niega a meterse conmigo en el coche hasta que no recupere la movilidad en los pies.
Estoy muy enfadada, porque me parece injusto que no me deje conducir sólo porque no puedo darle a los pedales, pero el barrio ha salido ganando: han quitado los sacos de arena, los niños salen a jugar a la acera...
En el supermercado seguimos teniendo mucho trabajo.
Mucho, mucho, mucho, pero mucho mucho.
Resulta que aunque haya crisis la gente tiene que seguir comiendo; la única diferencia es que en vez de jamón serrano comen chopped.
Todavía no puedo afirmar nada con certeza, pero estoy trabajando en la hipótesis de que realmente la crisis la han provocado los fabricantes de chopped a propósito.
Por otra parte sigo con la rehabilitación.
La primera semana, según llegaba a la clínica, una chica me metía en una habitación y me aplicaba láser en la zona afectada.
La segunda semana la chica no estaba, pero me atendió otra.
-Vengo al láser -le dije.
-Pasa y te lo pongo.
-Vale.
En cuanto me vio entrar empezó a gritar y a hacer aspavientos.
-¡NO! ¡SAL! ¡INSENSATA! ¡Tienes que ponerte las gafas!-Ya llevo unas, oiga.
-No, las tuyas no. Las gafas protectoras. El láser es muy peligroso, si entras sin gafas puedes quedarte ciega.-Pues llevo una semana y no me he puesto las gafas ningún día.
Creo que la chica se quedó convencida, porque no me dijo nada más.
Eso sí, se santiguó.
Dos veces.
Además esta semana hemos estado pendientes de Florecilla del Campo porque tenían que ingresarla en el hospital para extirparle un bulto.
El bulto le salió hace unos meses, y empezó a crecer y a crecer hasta alcanzar un tamaño considerable. Ella estaba muy ilusionada con la idea de que lo sacaran, pero creo que ha cometido un error. Resulta que se trata de un tipo de bulto que cuando te lo extirpan te lo tienes que llevar a casa, y tienes que darle de comer, cambiarle los pañales, sacarlo de paseo...
Y hacerle cucamonas, y ver cómo sonríe, y ponerle esos calcetincitos tan pequeñitos y tan monos...
Todo muy incómodo.
A mí, desde luego, no me gustaría, y no le tengo ni un poquito de envidia.
No.
Que va.
Apenas nada.
Ni un poquito.
Por eso llamé a ZaraJota™, para decirle la poca envidia que me da:
-¡¡¡FECÚNDAME!!! ¡¡¡Fecúndame AHORA!!!
-Ahora no es el momento, Lorz, que estoy trabajando.
-No pasa nada. Tú ve despejando la mesa que voy para allá.
-Sabes perfectamente que no podemos. El piso es pequeño, trabajamos muchas horas, y corremos el riesgo de que se parezca a ti.
-¡¡¡Pues si no me fecundas tú me fecundaré yo sola!!!
-Eso no es posible.-Claro que sí, las ranas pueden. Lo vi en un documental.
-Lorz, te lo he dicho muchas veces: Parque Jurásico NO es un documental.La cosa es quitarme la ilusión.
14 febrero 2009
Estrés post-traumático
Cuando le supliqué al médico que me diera el alta no tenía ni idea de lo que se me venía encima.
Lo primero fue volver a la autoescuela.
Después de tanto tiempo sin coger el coche estaba un poco torpe.
No, no, lo he escrito mal, lo que quería decir es:
Después de tanto tiempo sin coger el coche seguía estando igual de torpe.
Eso me animó mucho, pero el profe no estaba de acuerdo conmigo.
-Vas muy despacio.-Llevo una velocidad "adecuada a las circunstancias".
-Es la Castellana, Lorz. Es una línea recta de seis kilómetros de largo, seis carriles de ancho, no hay tráfico, los semáforos están en verde y la situación atmósferica es perfecta, ¿me puedes decir exactamente a que circunstancia te estás adecuando?
-Pues así, concretamente hablando, a la circunstancia de que me da mucho miedito.
-Se te veo tocar el freno sin que yo te lo diga te pegaré con un periódico enrollado.-Jo.
Además, claro, tuve que volver al trabajo.
Y, por si lo había echado de menos, me esperaba mucho, mucho, mucho, mucho, pero que mucho mucho trabajo. Me he pasado toda la semana entrando antes de mi hora, saliendo después, y llevándome trabajo a casa cuando eso no era suficiente, o lo que es lo mismo, todos los días.
Por favor que nadie me pregunte si me lo van a pagar, porque estoy muy sensible con ese tema.
Mierda de mileurismo de los cojones.
Entretanto intentaba hacer cosas en casa, pero no me ha dado tiempo a casi nada. Ahora mismo la ventana del dormitorio está bloqueada por la cantidad de ropa para planchar, el suelo de la cocina es adherente y ZaraJota™ lleva una semana alimentándose de cuscurros de pan.
Jo, está tan mono cuando frota con tomate sus cuscurrillos.
Cuando llevaba unos cuantos días con este ritmo, de pronto y sin venir a cuento empecé a cojear de nuevo.
Aguante todo lo que pude, pero al final no me quedó más remedio que volver al médico.
-Esto no se ha curado bien -me dijo-, ¿has hecho reposo?-Claaaaaaaro.
-Te dije que te daba el alta si no lo forzabas.-¡Y no lo he forzado! ¡De casa a la autoescuela voy en autobús!
-...-Y sólo estoy de pie en el trabajo, pero no siempre: algunos días puedo tomarme un café y me siento un rato.
-Voy a mandarte a rehabilitación.
-Jo.
Lo último que me hacía falta era añadir otra actividad a mi agenda, pero el médico me amenazó con análisis y tuve que aceptar.
Cuando llegué a casa me desahogué con ZaraJota™.
-¡¡¡NO QUIERO REHABILITARMEEEEEEE!!!
-No te pongas así, Lorz. El primer paso es reconocer que tienes un problema.
-¡¡¡NO TENGO NINGÚN PROBLEMAAAAAA!!!
-Ya, claro, lo que pasa es que las muletas son el complemento de moda de este invierno.
-¡¡¡ME DA IGUAL!!!
A veces ZaraJota™ se pone muy cabezota, y a pesar de la validez de mis argumentos fui incapaz de convencerle: tuve que empezar la rehabilitación.
Y esa ha sido mi semana: corriendo de aquí para allá, haciendo dos o tres cosas a la vez y sin parar.
La verdad es que me ha cundido mucho: creo que no me he dejado nada.
Sin embargo de unos días a esta parte tengo la impresión de que se me olvida algo.
Algo importante.
Le he dado mil vueltas y no tengo ni idea de lo que puede ser, pero bueno, ya se me ocurrirá.
Lo primero fue volver a la autoescuela.
Después de tanto tiempo sin coger el coche estaba un poco torpe.
No, no, lo he escrito mal, lo que quería decir es:
Después de tanto tiempo sin coger el coche seguía estando igual de torpe.
Eso me animó mucho, pero el profe no estaba de acuerdo conmigo.
-Vas muy despacio.-Llevo una velocidad "adecuada a las circunstancias".
-Es la Castellana, Lorz. Es una línea recta de seis kilómetros de largo, seis carriles de ancho, no hay tráfico, los semáforos están en verde y la situación atmósferica es perfecta, ¿me puedes decir exactamente a que circunstancia te estás adecuando?
-Pues así, concretamente hablando, a la circunstancia de que me da mucho miedito.
-Se te veo tocar el freno sin que yo te lo diga te pegaré con un periódico enrollado.-Jo.
Además, claro, tuve que volver al trabajo.
Y, por si lo había echado de menos, me esperaba mucho, mucho, mucho, mucho, pero que mucho mucho trabajo. Me he pasado toda la semana entrando antes de mi hora, saliendo después, y llevándome trabajo a casa cuando eso no era suficiente, o lo que es lo mismo, todos los días.
Por favor que nadie me pregunte si me lo van a pagar, porque estoy muy sensible con ese tema.
Mierda de mileurismo de los cojones.
Entretanto intentaba hacer cosas en casa, pero no me ha dado tiempo a casi nada. Ahora mismo la ventana del dormitorio está bloqueada por la cantidad de ropa para planchar, el suelo de la cocina es adherente y ZaraJota™ lleva una semana alimentándose de cuscurros de pan.
Jo, está tan mono cuando frota con tomate sus cuscurrillos.
Cuando llevaba unos cuantos días con este ritmo, de pronto y sin venir a cuento empecé a cojear de nuevo.
Aguante todo lo que pude, pero al final no me quedó más remedio que volver al médico.
-Esto no se ha curado bien -me dijo-, ¿has hecho reposo?-Claaaaaaaro.
-Te dije que te daba el alta si no lo forzabas.-¡Y no lo he forzado! ¡De casa a la autoescuela voy en autobús!
-...-Y sólo estoy de pie en el trabajo, pero no siempre: algunos días puedo tomarme un café y me siento un rato.
-Voy a mandarte a rehabilitación.
-Jo.
Lo último que me hacía falta era añadir otra actividad a mi agenda, pero el médico me amenazó con análisis y tuve que aceptar.
Cuando llegué a casa me desahogué con ZaraJota™.
-¡¡¡NO QUIERO REHABILITARMEEEEEEE!!!
-No te pongas así, Lorz. El primer paso es reconocer que tienes un problema.
-¡¡¡NO TENGO NINGÚN PROBLEMAAAAAA!!!
-Ya, claro, lo que pasa es que las muletas son el complemento de moda de este invierno.
-¡¡¡ME DA IGUAL!!!
A veces ZaraJota™ se pone muy cabezota, y a pesar de la validez de mis argumentos fui incapaz de convencerle: tuve que empezar la rehabilitación.
Y esa ha sido mi semana: corriendo de aquí para allá, haciendo dos o tres cosas a la vez y sin parar.
La verdad es que me ha cundido mucho: creo que no me he dejado nada.
Sin embargo de unos días a esta parte tengo la impresión de que se me olvida algo.
Algo importante.
Le he dado mil vueltas y no tengo ni idea de lo que puede ser, pero bueno, ya se me ocurrirá.
PD: La semana que viene promete ser igual. Nos vemos por aquí.
05 febrero 2009
Life is painless for the brainless 4 y ya.
En capítulos anteriores...
No puedo mover el culo.
Estar de baja no es tan divertido como parece.
Para empezar no podía salir a la calle.
Bueno, en realidad no podía ni ir al baño sin ayuda, y como la puerta de la calle está medio metro más lejos del sofá que el baño se convirtió en misión imposible.
Además el resto del universo está ocupado, y me tuve que entretener yo solita.
El primer día me levanté, me arrastré sobre el vientre escamoso hasta el sofá, y decidí dedicarme a internet.
Entonces me di cuenta de que mi ordenador estaba en la otra habitación.
Mierdaaaaaa...
Media hora más tarde estaba de vuelta en el sofá con el ordenador, decidida a dedicarme a internet, pero la mesa quedaba muy lejos.
Un cuarto de hora más tarde conseguí colocarme el ordenador en las rodillas sin que apenas me causara dolor, pero entonces no tenía dónde apoyar el ratón.
Después de tratar de deslizarlo, sin éxito, por:
a) la pared de gotelet
b) la funda del sofá
c) la cobaya
d) mi propio brazo
Decidí que lo mejor era dejar de lado el ordenador y encender ese misterioso electrodoméstico que hay en todo hogar: la televisión.
Al principio me costó un poco, porque tenemos tres mandos a distancia, cada uno estaba en una punta del salón, y hasta que dí con el apropiado me llevó un rato, pero al final lo conseguí.
Durante aproximadamente una hora todo fue bien, hasta que de pronto se oyó un "piiiiiiiif" y la pantalla se puso negra.
Se acabó la tele.
Mi tercera opción fue la lectura.
Hermano Mediano y Hermano Pequeño me han regalado por navidad un montón de tomos de Jane Austen en versión original, así que tenía material de sobra.
Al leerlas así, de seguido, me dí cuenta de que todas tenían una cosa en común: el shrubbery.
No hay capítulo en el que los personajes no paseen por el shrubbery, hablen en el shrubbery, se encuentren en el shrubbery, decidan que el shrubbery estará lleno de barro, o salgan a dibujar en el shrubbery.
Y yo no tenía ni idea de lo que podría ser el dichoso shrubbery.
Al final ya no aguanté más y decidí mirarlo en el diccionario:
shrubbery: n arbustos mpl
Jo. Debían ser unos arbustos enormes.
Pd: Una semana más tarde le supliqué al médico que me diera el alta.
No puedo mover el culo.
Estar de baja no es tan divertido como parece.
Para empezar no podía salir a la calle.
Bueno, en realidad no podía ni ir al baño sin ayuda, y como la puerta de la calle está medio metro más lejos del sofá que el baño se convirtió en misión imposible.
Además el resto del universo está ocupado, y me tuve que entretener yo solita.
El primer día me levanté, me arrastré sobre el vientre escamoso hasta el sofá, y decidí dedicarme a internet.
Entonces me di cuenta de que mi ordenador estaba en la otra habitación.
Mierdaaaaaa...
Media hora más tarde estaba de vuelta en el sofá con el ordenador, decidida a dedicarme a internet, pero la mesa quedaba muy lejos.
Un cuarto de hora más tarde conseguí colocarme el ordenador en las rodillas sin que apenas me causara dolor, pero entonces no tenía dónde apoyar el ratón.
Después de tratar de deslizarlo, sin éxito, por:
a) la pared de gotelet
b) la funda del sofá
c) la cobaya
d) mi propio brazo
Decidí que lo mejor era dejar de lado el ordenador y encender ese misterioso electrodoméstico que hay en todo hogar: la televisión.
Al principio me costó un poco, porque tenemos tres mandos a distancia, cada uno estaba en una punta del salón, y hasta que dí con el apropiado me llevó un rato, pero al final lo conseguí.
Durante aproximadamente una hora todo fue bien, hasta que de pronto se oyó un "piiiiiiiif" y la pantalla se puso negra.
Se acabó la tele.
Mi tercera opción fue la lectura.
Hermano Mediano y Hermano Pequeño me han regalado por navidad un montón de tomos de Jane Austen en versión original, así que tenía material de sobra.
Al leerlas así, de seguido, me dí cuenta de que todas tenían una cosa en común: el shrubbery.
No hay capítulo en el que los personajes no paseen por el shrubbery, hablen en el shrubbery, se encuentren en el shrubbery, decidan que el shrubbery estará lleno de barro, o salgan a dibujar en el shrubbery.
Y yo no tenía ni idea de lo que podría ser el dichoso shrubbery.
Al final ya no aguanté más y decidí mirarlo en el diccionario:
shrubbery: n arbustos mpl
Jo. Debían ser unos arbustos enormes.
Pd: Una semana más tarde le supliqué al médico que me diera el alta.
03 febrero 2009
Life is painless for the brainless 3
En capítulos anteriores...
A mí me duele mucho, al feto de momento no.
Después de hacerme varias fotos en blanco y negro y estudiarlas detenidamente en médico me dijo lo que me pasaba.
-Lo que tienes es sólo un esguince.
-¿SÓLO?
-Vas a tener que quedarte en casa unos días.
-Estupendo, quiero fregar la cocina y nunca encuentro tiempo.
-En reposo, Lorz, vas a tener que estar en reposo.
-Está bien: fregaré muuuuuuuuuuy despaaaaaaacio.
-Si me entero de que has movido el culo del sofá iré a buscarte y te mataré.
-Jo, si lo que querías es que no me moviera haberlo dicho desde el principio.
A mí me duele mucho, al feto de momento no.
Después de hacerme varias fotos en blanco y negro y estudiarlas detenidamente en médico me dijo lo que me pasaba.
-Lo que tienes es sólo un esguince.
-¿SÓLO?
-Vas a tener que quedarte en casa unos días.
-Estupendo, quiero fregar la cocina y nunca encuentro tiempo.
-En reposo, Lorz, vas a tener que estar en reposo.
-Está bien: fregaré muuuuuuuuuuy despaaaaaaacio.
-Si me entero de que has movido el culo del sofá iré a buscarte y te mataré.
-Jo, si lo que querías es que no me moviera haberlo dicho desde el principio.