29 julio 2016

Star Trek Beyond

-¿Sabes que van a hacer un preestreno de Star Trek para fans? -me dijo un día ZaraJota, con esa carita manga que se le pone cuando algo le hace ilusión.
-Ah, qué bien. Ojalá pudiéramos ir.
-Ehhh... bueno, el caso es que he pedido acreditación de prensa.
-¿Sí? Pero seguro que hay tortas para eso...
-Bueno, el caso es que me la han dado. -Yo estaba flipando. Está claro que hoy en día acreditan a cualquier idiota-. De hecho, me han dado dos. Podrías venir tú también -lo que yo decía: a cualquier idiota-. Pero claro, no puedes porque tienes que quedarte en casa con los niños.
-¿Peeeeerdonaaaaa?
-Es a las 10 de la noche. Ya sabes que a esas horas Bebé-kun siempre pide teta.
-¿Y por qué no te quedas tú?
-Eh... Yo no puedo... Ya sabes... Dar teta. Porque soy un hombre y eso.
-Claaaaaro y dar teta es cosa de mujeres.
Maldito machista opresor falocéntrico de tetas inútiles...
-Bueno, a lo mejor podemos cuadrar horarios y dejarlo con alguien. ¿Crees que tu madre querrá quedarse con los dos niños?
Llamé a mi madre.
-Madre, ¿podrías quedarte una tarde con los niñ...?
No había acabado de hablar cuando oí un portazo al otro lado del teléfono. Acto seguido, alguien empezó a dar hachazos en mi puerta hasta que la echó abajo. En el dintel, rodeada de serrín en suspensión y con un hacha en la mano, estaba mi madre. Tiró el hacha, cogió a los dos niños en brazos y salió corriendo.
-¡Hoy no! ¡La semana que viene! -le grité por el hueco de la escalera mientras ella bajaba a tal velocidad que era apenas un bulto borroso.
Volví a casa.
-Que dice mi madre que a ella no le importa quedarse con los niños -le dije a ZaraJota-. Devolverlos, ya no sé. Pero lo que es quedárselos, sin problema.
Nos miramos con la boca abierta: no nos lo podíamos creer. Íbamos a ir al cine juntos, los dos solos, sin los niños.
-No recuerdo la última vez que fuimos solos a algún lado.
-Yo sí -fue dijo ZaraJota: fue el 25 de agosto del año pasado. Tus padres se quedaron con la niña, y nosotros nos fuimos al hospital porque habías roto aguas.
Planazooo...
Pensamos que ya que estábamos podíamos irnos a cenar también. Volví a llamar a mi madre.
-ESTE ES EL CONTESTADOR AUTOMÁTICO DE TU MADRE -respondió- NO SÉ DE QUÉ NIÑOS ME HABLAS. AQUÍ NO HAY NINGÚN NIÑO.
-Abuela, ¿es mi mamá?
-NO ES TU MAMÁ. PARA QUE FUERA TU MAMÁ TENDRÍAS QUE ESTAR AQUÍ. Y NO ESTÁS.
Colgué.
-A mi madre no le importa -le dije a ZaraJota-. Y puede que después del cine necesitemos una orden judicial...
Cuando salimos a la calle nos sentíamos rarísimos.
Yo no sabía que hacer con los brazos.
Jo, pensé. Qué mal. Me tenía que haber traído el carrito, aunque fuera vacío.
ZaraJota no paraba de palparse el cuerpo y mirar alrededor, como si no se acordara de si había perdido el móvil o se lo había debajo en casa.
Intentamos darnos la mano un par de veces, pero no resultó.
-Es que yo así, una mano limpia, no sé, me da como cosa -le dije-. ¿No puedes, yo qué sé... lamértela un rato y después estrujar unos monchitos?
Cuando llegamos a cenar fue peor.
ZaraJota tardó unos tres segundos en terminarse su cena.
-¿Cómo lo has hecho?
-No te lo vas a creer, pero se come mucho más rápido cuando tienes las dos manos libres.
-¿En serio?
-Sí. Incluso he usado esas cositas brillantes que nos ponen siempre.
-¿Los cubiertos?
-¡Eso!
Yo lo intenté también, pero no podía. La comida se me caía todo el rato.
-Parece que estuvieras teniendo un ataque epiléptico -me dijo ZaraJota.
-Creo que mi cuerpo está tan acostumbrado a compensar el movimiento de un niño saltándome por encima que ahora no es capaz de parar. Además, la comida no me está gustando nada: la hamburguesa está caliente, el pan está tierno, la mayonesa no tiene esa costrita naranja que le sale a la nuestra, y no hay absolutamente nada flotando en mi vaso.
-Si quieres podemos pedir en la cocina un saco de patatas y lo coges en brazos hasta que la comida esté a tu gusto.
-No me parece bien que compares a tu hijo con un saco de patatas, con lo pequeño que es. Una garrafa de agua, quizá...
Pero lo peor de lo peor de lo peor fue el cine.
Llegamos, nos sentamos, y apagaron la luz.
-¿Y ahora qué?
-Ahora vemos la película.
-Ya, ¿y qué más?
-¿Qué más quieres, Lorz?
-Pues no sé, aprovechar el rato y coser un botón, planchar...
-Intenta ver la película, ¿quieres?
Jo, y yo quería. Lo que pasa es que no paraba de pensar en que ojalá me hubiera llevado algunos calcetines para doblar. Además como normalmente solo veo cosas mientras doy el pecho, ahora cada vez que me siento y miro una pantalla me pican los pezones. Y estaba todo el rato en tensión, esperando el tradicional "¡MAMAAAAA! ¿ME LIMPIAS EL CULETE QUE HE HASIDO CACAAAAAA?", que al final me planteé seguir a alguien que fuera al baño y ofrecerme a limpiarle el culete, pero ZaraJota me dijo que no lo hiciera y que si era tonta o qué, que para mí que una cosa no tiene nada que ver con la otra y no entiendo la pregunta.
Para rematar, la película no me gustó nada. Nada de nada. Pero no era capaz de decir exactamente por qué, las dos anteriores me gustaron mucho.
-Qué raro se me ha hecho, -dijo ZaraJota al salir-, ver una película sin los niños parloteando alrededor.
Uy. Uy, uy. A ver si el problema es que esta vez estaba escuchando los diálogos...



Pd. Cuando los astros se alinean y tenéis un ratito a solas con el/la churri, ¿sois capaces de hablar de algo que no sean los niños? ¿de qué?


14 comentarios:

Frika dijo...

Yo hoy he tenido una cita. 4 horas de conversación sin niña. Casi ni me lo creo!! ❤

Frika dijo...

Yo hoy he tenido una cita. 4 horas de conversación sin niña. Casi ni me lo creo!! ❤

Genín dijo...

Pues imaginarte si hubierais terminado jugando al parchís en un hotel, podría haber sido de llamar a urgencias...jajaja
Besos y salud

Mamá en Bulgaria dijo...

Jajajaja me ha encantado la parte del hacha! Qué sagerá eres.
Bueno, yo me he sentido muy identificada. No sé ir sin niños, ni hacer cosas sin niños. El año pasado salí un día con mi marido y no sabíamos ni darnos la mano. XD

Eva dijo...

Me recuerda a la primera vez que salimos con mi pareja solos tras nacer Miguel. Íbamos al dentista y nos faltaba el carro, no sabíamos que hacer con las manos. :D

Severus dijo...

Llorando a carcajada limpia o riendo a lágrima viva! Por Monesvol,qué gran narradora!

Necio Hutopo dijo...

Cuando mi hermana y mi cuñado salen sin niños, el que se queda con los niños (sin la escena del hacha) soy yo.

Anónimo dijo...

Jajajaja, me ha encantado! Es tal cual nosotros cuando intentamos estar un rato sin el nene, lo de tomar algo sin correr detrás de alguien como que no sienta igual xd
Arantxa

Rob Nobody dijo...

Yo recuerdo con mucho cariño la primera vez que mi madre se quedo con Fanboy. Al niño le faltaban dos meses para cumplir 2 años. Mi madre se lo quedó al grito de "Son fiestas y me lo llevo a la feria y luego a cenar y así presumo de nieto con las amigas"
El niño fue a la feria, a cenar, al mesón del vino,aguanto despierto hasta las tantas, se dejó mimar por la abuela y las amigotas, vio el castillo de fuegos artificiales...

R. y yo no salimos de casa y conseguimos dormir 8 horas seguidas por primera vez en casi dos años. Aun se me saltan las lagrimas de felicidad al recordarlo.


Holden dijo...

Jajaja nunca lo había imaginado, pero está claro que debe ser una cosa inquietante XD

Clarita dijo...

Yo adoro salir sin las enanas. Hablamos de todo: de curro, de amigos, de nuestra vida, etc... Y si, a veces hablamos de las herederas.

Anónimo dijo...

Estamos ahora mismo es nuestra primera semana "sin hija" (desde que nació hace dos años) y no recordaba lo que era una cena tranquila o dormir TOOOODA la noche...
La de Toulouse

angua dijo...

Yo sólo te digo que la primera vez que fui al cine después de que naciera Oliver me pasé la película girándome hacia Joan y a punto de decirle "baja el volumen que el niño duerme y lo vas a despertar"

Fonsoelegido dijo...

Mi peque está con los abuelos y se me hace raro comer sin nadie encima (sniff sniff)