09 septiembre 2010

La boda de mi mejor amigo, parte 5 (¡lo del culo!)

Por fin encontramos un restaurante perfecto.
Pequeño, discreto, cerca de casa de mis padres, con un menú contundente y dispuestos a plegarse a todo.
Les llamé para concretar más detalles, y todo lo que me dijeron me pareció estupendo, hasta que llegamos a la pregunta crítica.
-¿Tienen algún espacio para poner música y bailar?
-No.
-Jo. Bueno. ¿Podremos poner música durante la cena?
-No señora.
-Jo. Es que me gustaría poner un poco de música para animar el ambiente.
-Si quiere les puedo cantar unas jotas.
Gracias. Creo.

5 comentarios:

Aradiah dijo...

el restaurante se implicaba de co**nes con el asunto, hasta el punto de poner música en directo!!! que ocurrencia tener música en una celebración! y que la gente quiera bailar?¿?¿!! estamos locos'???
la culpa fue tuya de no saber apreciar el arte del encargado, que te iba a cantar unas jotas lorz, que estan de moda que te mueres!!!
de desagradecidos está el mundo lleno!

Anónimo dijo...

Es que lo quiere todo, eh. :)

MJ Cádiz dijo...

Nada es perfecto, pero lo de las jotas hubiese molao.

Burbuja dijo...

A mí me cantaron 3 y gracias, que no me gustan nada, por lo menos no se cebaron... jejeje

XEIA2410 dijo...

Jotas???? Capaz el tío de cantarlas sin haber bebido???
Ese convite sí hubiera sido inolvidable!!!!!! (para vosotros y para vuestro futuro psicólogo, claro!!!)