31 enero 2008

Nóminas

Después de muchos, muchos días de baja recibí una llamada inquietante.
-¿Lorz? Te llamo de Recursos Humanos. ¿Vas a estar más días de baja? Es que estamos con las nóminas y necesitamos saber cuánto tenemos que descontarte.
Jo. Que palo.
De pronto eché cuentas y el mes de enero he trabajado 12 días.
Uff...
Me van a recortar tanto la nómina que en vez de dármela en un folio me la van a dar en cuartilla. Probablemente este mes no podré ir al cine, ni de compras, ni a comer con mis amigotas...
Con Eme A sí porque invita.
Pero bueno. La vida adulta es lo que tiene, hay que tomar decisiones, y esas decisiones tienen unas consecuencias, y hay que aprender a asumirlas y a seguir adelante.
Así que hice de tripas corazón y me dispuse a ser sincera.
-¡¡¡Mi no entender!!! ¡¡¡Yo no hablar su idiomo!!!




Pd: he recibido la nómina: he cobrado más de lo habitual. Empiezo a pensar que mi empresa tiene un sentido del humor muy extraño.

28 enero 2008

Tuppersex

Mi bisabuelo y mi bisabuela tuvieron 11 hijos de los que sobrevivieron 9.
Cuenta la leyenda que mi bisabuelo se acercó una vez al pretendiente de una de sus hijas y le dijo:
"Espero que no se parezca a su madre, porque como le salga a ella no te va a dejar descansar por las noches".
No sé lo que haría esa hija en concreto con su marido por las noches, pero lo que hacía mi abuela lo tengo muy claro, porque ella misma lo contaba en las reuniones familiares.
-A que no sabeis lo que me hizo el abuelo anoche -decía, y se nos quitaba el apetito a todos de pronto, que ahora que lo pienso lo mismo lo hacía a propósito para que la comilona le saliera barata.
Al rato decía que le dolía la espalda y no sabía por qué. Pues te lo voy a decir yo, abuela: porque al kamasutra a partir de los 60 años empieza a ser peligroso, leche.
Mi padre ha debido heredar la vena fogosa, porque de vez en cuando mi madre y él aparecen con unos hematomas muy raros en el cuello, y aunque dicen que se lo han hecho con la puerta yo no me lo acabo de creer, porque a estas alturas la puerta se tenía que estar cayendo a trozos con tanto golpe.
Hermano Mediano es discreto con sus cosas, pero Hermano Pequeño se ha convertido ya en leyenda, en gran parte porque tampoco da muchos detalles, así que yo me los invento y los hago circular entre la familia.
Eso le molesta mucho y no sé por qué, un día de estos le tendré que preguntar.
Yo no sé qué imagen voy dando.
El año pasado una de mis alumnillas me vio por la calle con ZaraJota™ y le contó a los demás que mi novio era my delgado.
-Eso es porque la profe lo tiene consumido -concluyeron después de perder media hora de clase hablando de mi vida íntima, y a partir de ahí les dio por darme chocolate "para que repongas energías, niña, que eso cansa mucho".
La verdad es que ese incidente me planteó muchas dudas:
¿Por qué mis alumnas no me respetan en lo más mínimo?
¿Por qué ZaraJota™ estaba tan delgado antes de intimar conmigo?
¿Estará el gen de mi bisabuela latente en mi interior, listo para explotar en cualquier momento?

El viernes pasado Be organizó una reunión de tuppersex.
Como ella ya ha explicado muy bien en qué consiste y Sheena ha contado cómo nos fue a nosotras, yo voy a hacer sólo un resumen: una reunión de tuppersex consiste en que in grupo de chicas se reune con una asesora de productos eróticos para que les explique qué son, cómo se usan, y les venda discretamente alguno.
Nada más empezar la reunión la chica que vino a asesorarnos nos miró a todos muy seria.
-Os voy a poner deberes -anunció-. A partir de ahora teneis que intentar dedicar una tarde entera al mes a amaros con vuestra pareja.
A mí se me cambió la cara, y de verdad que no fue porque me hubiera escandalizado.
Es que oía la voz de mi bisabuela en mi interior diciendo "¿y los tres domingos y los cuatro sábados restantes que hago?".
Malditos genes.

24 enero 2008

Pochita

Estoy pochita.
El cuerpo me pesa, me siento cansada, no me apetece comer y me molestan el ruido y la luz brillante.
He ido al médico y me ha dicho que puede ser falta de vitaminas, o de hierro, o tensión baja, o tiroides o anemia.
O malaria, o enfermedad del sueño, o tifus, ya le vale al Doctor Concreto.
Yo personalmente creo que me estoy transformando en vampiro.
Para descartar posibilidades me ha mandado a hacerme análisis de sangre, jo, que manía, ya podían hacer análisis de pelo que de eso tengo un montón y no hace falta ni madrugar, ni pasar hambre, ni que te pinchen.
Así que me he levantado a las 7 de la mañana
AAAAAARG
he salido a la calle antes de que amaneciera
AAAAAARG
y me he plantado en el ambulatorio
AAAAAAARG
en una sala de espera llena de viej... ancianas.
AAAAAAARG
AAAAAAARG
AAAAAAARG
y hala, a esperar.
Las señoras estaban alteradísimas porque siempre empiezan a pinchar a las ocho en punto y eran las ocho y cinco y las enfermeras todavía no habían pasado lista. No hacían más que preguntarse las unas a las otras que qué número tenían y que si era sangre u orina o las dos y si llevaban mucho rato esperando y si no tenían calor, y se abanicaban con las recetas y se enseñaban las unas a las otras sus fluidos corporales muy enfadadas, como si fueran líquidos altamente inestables que fueran a explotar si no se entregaban de inmediato.
A mí me estaban dando ganas de sacarme la sangre yo misma, pero entonces salió una enfermera y dijo que iba a recoger todos los tubos de muestras verdes. Las señoras empezaron a preguntar si había que entregarlos por orden o se los podían dar tal cual, y cuando la enfermera dijo que no hacía falta respetar el orden se enfadaron mucho porque decían que no era justo que las que acababan de llegar entregaran sus fluidos corporales antes que las que llevaban más rato esperando.
La enfermera trató de explicarles que si de todas formas tenían que esperar para "la extracción" les daba lo mismo, pero las señoras no estaban conformes y gritaban y agitaban sus tubitos verdes como si fueran pancartas contra el matrimonio entre homosexuales.
Yo empecé a retroceder poco a poco hasta la pared, donde el único señor de la sala estaba hecho una bolita.
-Disculpe señorita -me dijo- ¿a usted le duele cuando le pinchan?
-Pues dolerme, lo que se dice dolerme, no.
Pero como a alguna señora se le derrame el tubo voy a estar traumatizada toda la vida.

22 enero 2008

El chungo de mi vida

Los chungos de nuestra vida es una sección de Quédate a dormir que me he apropiado para usos personales amparándome en que donde hay confianza da asco.

Espero que no os importe, chicas.



Y ahora, al tema:

El año pasado, más o menos por estas fechas, me gustaba un chico, y después de mucho hacer el tonto el chico se lanzó y me pidió que tuviéramos una cita-cita.
En lo que a mí respecta podíamos haber pasado de la cita-cita y haber ido directamente a la cama-cama, pero bueno, como quería llevármelo al huerto decidí seguirle la corriente y acepté.
Jo, que mal.
Primero llegó tarde "porque había mucha cola en el banco". Ni siquiera se esforzó en buscar una excusa mejor, como "me han atacado los alienígenas" o "mi perro se comió los deberes".
Luego me llevó a ver la película menos romántica de la cartelera.
Y para rematar el día se fue a cenar con otra, cuyo anonimato voy a respetar porque no le guardo ningún rencor.

(cacho guarra)

Al día siguiente, me llamó, supuestamente desde el aeropuerto, y me dijo que se iba a Grecia y que no intentara llamarle porque se había dejado el cargador del móvil en casa.

Ya.

Tiempo después volvió de Grecia, si es que de verdad se había ido, nos cruzamos por la calle y fingió no reconocerme.

Aquella fue la gota que colmó el vaso.
En aquel mismo momento me prometí a mí misma que consagraría mi tiempo y mis fuerzas a convertir su vida en un infierno

Por eso me he mudado con él: para que se chinche.


(Feliz falso aniversario, niño).

16 enero 2008

A tomar fresco, segunda parte

Resumen del capítulo anterior: la única planta del mundo que ha sobrevivido a mis cuidados se me cayó (¡¡¡no se pudo demostrar que yo la empujara!!! ¡¡¡Me exculparon de todos los cargos!!!) desde un tercer piso.

Nos asomamos a la ventana y vimos al potho, o lo que quedaba de él, esparcido por el patio de vecinos como si hubieran echado confeti de potho.
Rápidamente bajamos a pedirle al portero las llaves del patio, pero en vez de un portero nos encontramos a una portera.
-Se nos ha caído una planta al patio, ¿nos puede abrir la puerta para que la recojamos?
-¿Qué puerta?
-La... la del patio.
-¿Hay una puerta para entrar al patio?
-Creemos que sí.
-¿Y yo tengo la llave?
-Bueno, no sé, pero el portero suele salir a limpiar.
-¡Pues yo no pienso limpiar nada!
-Eh, vale, pero ese no es el tema...
-Con la mierda que me pagan, va a limpiar su madre...
-El caso es que nos gustaría entrar...
-¡Se han creído que soy su esclava!
-Bueno, ya se lo preguntaremos al portero cuando vuelva.
-¿El otro portero? No va a volver.
Jo.
No sé por qué pero me sentí superculpable de pronto. La portera me debió ver la cara de pena y se ofreció a preguntarle a la presidenta, pero no sacó nada en claro, y ZaraJota™ y yo nos recorrimos la planta baja en busca de una puerta en la que pusiera "Pothos suicidas por aquí" sin ningún resultado.
Yo me asomaba a la ventana y lo veía ahí abajo, triste y solo, y me daba mucha penita.
Días después a ZaraJota™ se le ocurrió que podría saltar desde una ventana. Yo le dije que la convivencia conmigo no es tan horrible como para eso, pero me explicó que no era por mí, que era por el potho. Le expliqué que el potho tampoco le había hecho nada malo, y me contestó que es una suerte que no me quiera por mi inteligencia.
No entiendo lo que habrá querido decir.
En fin, bajó al primer piso, convenció a la vecina de que le dejara saltar por su ventana, rescató al potho y me lo trajo a casa sano y salvo.
Bueno, lo de sano y salvo es un decir: está hecho una mierda.
ZaraJota™ le compró una maceta nueva, y le hemos puesto tierra y lo hemos regado, pero sigue sin mejorar.
Yo creo que le sentaría bien un poco de aire fresco, pero cada vez que intento sacarlo me muerde.
Jo, que desagradecido.

14 enero 2008

A tomar fresco, primera parte

Esta es mi ventana.


Bueno, en realidad es un dibujo que he hecho con el Paint.

El sábado me di cuenta de que el pinito estaba un poco mustio, así que lo saqué al alfeizar a que le diera un poco el aire.


Ya que estaba saqué también el cactus que me regaló mi tía. Cuando me lo trajo tenía un montón de flores a punto de abrir, y a las 24 horas de estar en mi casa se le cayeron todas.
-Es que es un cactus de invierno -me explicó mi tía-, florece con el frío.
Jo, pues me lo podía haber dicho antes de que lo pusiera encima del radiador para que estuviera cómodo.
En fin, era el momento de corregir mi error, así que lo saqué al fresco.


Luego le tocó al potho.
El potho me lo regaló mi madre cuando me mudé. Yo pensé que no iba a sobrevivir, pero Towsend me tranquilizó. "Eso no hay quien lo mate", dijo, y la verdad es que no sólo no se ha muerto, sino que ha crecido y está cada día más bonito.
Cualquiera podría pensar que si estaba a gusto en su sitio era mejor dejarlo ahí, pero pensé que a lo mejor se sentía un podo discriminado, así que lo saqué también.


Y de paso saqué refrescos, porque en la nevera no tenía sitio y en la ventana están más a mano.



A las 16:00 empezó a llover.

Pensé en guardar las plantas, pero me dio perez... quiero decir, que pensé que el agua de lluvia les sentaría bien.
Sí. Eso.
Así que las dejé fuera, pero no quedé tranquila, y de vez en cuando miraba de reojo por la ventana.
16:05

16:15

16:30

17:00

Mierdaaaaaaaaaaa...







Continuará...

10 enero 2008

Enganchando el agua

Aunque parezca mentira las obras todavía no han acabado, jo.

Hace unos días, al llegar a casa, ZaraJota™ se encontró un papel en el que decía que los fontaneros vendrían a conectar la general de agua con nuestro contador a las nueve en punto de la mañana siguiente. Le pareció muy bien, así que llamó a la presidenta y le dijo que estaríamos en casa. La presidenta le dijo que a esa hora no podía ser, que ya irían después de comer.
ZaraJota™ pensó que entonces para qué @#%$& nos ponían un papel, y le dijo que de eso nada, que a partir de la una no hay nadie en casa...
Al final acordaron que los fontaneros vendrían al día siguiente a las doce.

La mañana siguiente fue más o menos así:

8.30
Descubro que llevo puestas mis últimas braguitas limpias. Con esto de los cortes de agua poner lavadoras es un poco difícil, así que la ropa sucia se acumula y acumula hasta que la suerte nos sonríe y podemos ponerla.

8:40
Después de preguntarle a los amables fontaneros si va a haber agua durante la próxima hora, pongo una lavadora con ropita delicada e íntima.

10:00
Después de más de una hora de salvaje traqueteo la lavadora termina y tiendo toda la ropa.

12:00
Los fontaneros no vienen.

12:30
Los fontaneros llaman al telefonillo para decir que van a cortar el agua.
-¿No tenían que venir a mi casa hoy? -les pregunto.
-Sí, después de comer nos pasamos.
Me lo temía.

12:35
Llaman al timbre, abro la puerta y es la presidenta.
-¿Han venido los fontaneros?
-No.
-¿CÓMO QUE NO?
-Jo, no sé...
-¿Y CUÁNDO PIENSAN VENIR?
-Dicen que después de comer.
-...
-¿Va a matarme?
-Veremos. ¿Dónde están?
-No lo sé, se lo juro, pero por favor no me pegue...
La presidenta se va y yo voy a echarme un poco de agua bendita por encima, por si acaso.

12:40
Empieza a llover.
A toda velocidad meto la ropa en casa. Seguimos sin tener tendedero indoor, así que recurro al método tradicional: esparcirla por el cuarto de baño.


12:45
Vuele a sonar el timbre.
Esta vez miro por la mirilla antes de abrir: no es la presidenta.
-Hola, que soy el fontanero, que de propia voluntad y sin haber recibido presiones externas he decidido venir a arreglar eso ahora... por favor digale a la señora que ya estoy aquí y que no hace falta que mate a mi familia...


13:00
Me acuerdo de que desde que engancharon la bajante el desague del fregadero pierde un poco de agua, y decido comentárselo a los dos fontaneros que hay apiñados en la cocina.
-¿Podrían echarle un vistazo al desague? Creo que pierde agua.
-Eso es porque tu desague es una mierda.
Jo.
¡A la presidenta vas!


13:05
Los fontaneros deciden voluntariamente echarle un vistazo al desague después de todo.
Lo desmontan y me lo enseñan:
-Hay un poco de porquería, ¿ve? -jo, que verguenza-. Vamos a limpiarlo.
Y se van a limpiarlo...
al cuarto de baño, donde toda mi ropa íntima está expuesta como en un escaparate.


Al final me van a acabar demandando por acoso sexual.

07 enero 2008

El termómetro

La semana pasada ZaraJota™ estuvo malito.
Bueno, eso dice él, yo lo único que sé con seguridad era que se metía en la cama durante horas y gemía y sudaba.
Desde mi punto de vista podían estar pasando dos cosas, y como una de ellas prefiero ni imaginármela voy a dar por hecho que de verdad estaba malito.
Luego me puse malita yo, pero no me metí en la cama a gemir y sudar porque soy una señorita, a ver que estais pensando.
Lo que hice fue irme a trabajar alucinando porque la cabeza me daba vueltas y andando como un GiJoe porque me dolían las articulaciones.
Al día siguiente pensé que quizá había llegado el momento de comprar un termómetro y me fui a la farmacia.
-Hola -dije, porque soy muy educada-, quiero un termómetro.
-¿Digital o de mercurio?
Jo, ya empezamos con las preguntas difíciles. Esto de ser ama de casa es supercomplicado.
-Um... ¿qué diferencia hay?
-Pues el de mercurio es más preciso, más profesional y más bonito.
Y más frágil, y peligroso y potencialmente tóxico...
-Me refería al precio.
-El digital es muy caro.
-¿De verdad?
-Muchísimo: el doble que el de mercurio.
Jo, el doble. ¡Eso es por lo menos dos veces más!
-Ah, bueno, pues me llevo el de mercurio.
-Estupendo: cinco euros.
-...
-¿Algún problema?
-Sí, estoooo... ese carísimo termómetro digital ¿cuánto cuesta?
-Diez euros.
-Ya. Creo que me voy a llevar el digital.
-Es que no queda.
Jo, pues haber empezado por ahí.

03 enero 2008

Carta a los Reyes Majos 2008

Queridos (es un decir) Reyes Majos

dos puntos

A estas alturas de mi vida ya me he dado cuenta de que nunca me vais a traer a
Johnny Depp, así que este año he sido mala, muy mala, supermala, y me he regodeado en ello.
Sé lo que estais pensando, que ahora me voy a quedar sin ningún regalo, por lista.
Pues os equivocais.
Después de
la cena de navidad toda la familia se fue a dormir y yo me quedé despierta, tratando de superar la experiencia de la forma más adulta posible, esto es bebiéndome el vino que la abuela había puesto a enfriar en la terraza.
Por desgracia a alguien se le había ocurrido la idea antes que a mí: un tipo gordo y de dudoso gusto en el vestir ya había acabado con un par de botellas e iba a empezar con la tercera cuando yo llegué.
Jo.

No me extraña que tuviera la nariz y los mofletes colorados, por mucho que él dijera que era del frío.
El caso es que después de cuatro o cinco botellas más el tipo empezó a decir que yo era su mejor amiga y un colega de verdad y esas cosas que se dicen cuando se está un poco alegre, y al final me acabó dando una bolsa con regalos.
Puede que no sean exactamente los más apropiados, pero son MUCHOS y son MÍOS y no he tenido que ceder a vuestro ridículo chantaje bienintencionado para conseguirlos.


¡JA!



Pd: El año que viene va a ser buena vuestra madre.