30 junio 2006

El sofá

Un día, al llegar a casa, me encontré a Hermano Pequeño a pata coja sobre el sofá, con el palo de la fregona en la mano, mientras que Hermano Mediano, de pie en el suelo, trataba de elevar una pierna por encima de su cabeza mientras doblaba los brazos en una postura que parecía dolorosísima.
-¿Qué os pasa? -pregunté.
-Nada, que un tipo ha dibujado una cosa así.
Como postura me parecía de los más incómoda. Además, vale, uno dibuja, pero ¿y el otro? ¿Se queda mirando? Claro, por eso está encima del sofá, para ver como queda desde arriba. Lo que no entendía es por qué mis hermanos lo imitaban, si ya dibujan de pena en una postura normal.
-Ah -dije, porque no quería herir sus sentimientos recordándoles la dura realidad.
-Y en una página dicen que es imposible -explicó Hermano Mediano.
-¿Y qué?
-Pues que queremos demostrar que sí es posible.

Pues sí, es posible.

-¿Por qué?
Nunca supe la respuesta. Sonó un crack, debajo de Hermano Pequeño el sofá empezó descender, y con aquello de oh-dios-mío-y-ahora-a-dormir-la-siesta-sentados-en-taburetes el incidente se me olvidó...
Hasta el asunto Asterix.
Aquel día llegué a casa, me aseguré de la estabilidad del sofá antes de sentarme y entonces Hermano Mediano me dijo que iban a sacar otro Asterix.
-Que bien, ¿no?
-No.
-¿Por qué?
-Es una m**rd*.
A Hermano Mediano siempre le parece todo un m**rd*; es un efecto secundario de ser un poco friki.
A mí siempre mi gusta llevar la contraria; es un efecto secundario de ser un poco tocapelotas.
-¡Pero si todavía no lo has visto! -exclamé airadamente.
-Sí que lo he visto, en ADLO!
-¿En qué?
Que gran momento para haberme callado, oyes.
-Un blog. Te lo enseñé, ¿te acuerdas? El día del sofá.
-Ah...
-Exacto.
Tomé nota mental del nombre, claro. Con un buen abogado, lo mismo podíamos conseguir otro sofá.
El problema era que ningún abogado parecía dispuesto a aceptar el caso. "Es coña, ¿verdad?", decían. "¿Dónde está la cámara oculta?", repetían. "¿Quién la ha dejado pasar?", gritaban.
Así que al final decidí tomarme la justicia por mi mano.
De esto hace casi un año, y no me ha ido mal del todo.
Vale, he tenido que montar un blog "que no trata de nada", hacerme pasar por friki, enseñar las bufas y hacer cierto tipo de favores, pero he conseguido infiltrarme, y ahora la venganza está a mi alcance.

Confía en mí, sofá, tu muerte no ha sido en vano.

Celos

No todos los gatos son iguales, ojo.

Por ejemplo, el gato de Tita-A, Nobita, está acostumbrado a vivir en paz, rodeado de tranquilidad, rutina, cuidados, amor y mimos, por eso cuando Novio y yo nos apalancamos en su casa un par de días no le hizo ni tanto así de gracia, al bicho.

Para empezar, Novio tomó posesión del sofá y la mantita.
Y luego yo, para congeniarme, le hice lo mismo que le hago a mi Gato: gritarle "¡Qué paaaaaaaaaaaasa gatiiiiiiiiito!" de improviso, cogerlo de repente y ponerlo boca arriba en mi regazo.

El gato pasó los tres días siguientes debajo de la cama, bufando cada vez que alguien se acercaba a menos de tres metros.
-Que raro -decía Tita-A-, si normalmente es de lo más tranquilo.
-Bueno, como está acostumbrado a tenerte para él solo, y ahora te tiene que compartir con nosotros, se habrá puesto celosón -le decía yo, mientras pensaba que sí, celosón de los gatos callejeros, que están a salvo en la calle.

El drama llegó a su punto culminante cuando a Tita-A se le acabaron los días libres, volvió al trabajo y Nobita se quedó solo con nosotros.
-Mañana por la mañana ponle almondiguillas esquerosas -dijo Tita-A la noche anterior, pero para cuando me levanté, a las dos de la tarde del día siguiente, la almondiguillas se me habían olvidado del todo.
De lo que sí me acordé fue de ponerle agua, porque el gato se subió a la encimera y empezó a mirar el fregadero con una cara de lástima que le habría conseguido un Globo de Oro a la mejor interpretación peluda en película dramática. El problema es que me hice un lío con el grifo monomando, empezó a salir agua helada a presión, grité, el gato se sobresaltó, y de alguna manera acabó dentro del fregadero, arañando el aluminio en un intento desesperado por escapar de allí.
Fue un accidente, lo juro, y creo que Nobita me lo habría perdonado de no ser porque acto seguido Novio y yo nos fuimos a dar un romántico paseo por la playa, cerramos la puerta que no era, y el gato estuvo unas cuantas horas sin poder ir al, ejem, cagadero.
Al volver a casa Nobita estaba un poco nervioso y pensé jugar un poco con él para que se desestresara, así que cogí su peluche favorito y, una vez más, hice lo mismo que hago con Gato:
-Miraaaaaaaaaaa, Nobiiiiiiii -le berreé con todo el cariño que pude-. ¡Es un muñeco MALOOOO!
Mira que MALVADOOO... ¡¡¡Soy el muñeco MALOOOO y te arrancaré los OJOS y me comeré tus VISCERAAAAAAAAAS!!!

Cuando Tita-A volvió del trabajo fue directamente a ver que tal estaba el gato y luego vino a buscarme muy preocupada.
-Lorz, ¿no le has notado nada a Nobi?
-No, ¿qué?
-Que se ha escondido dentro del armario...
-¿Sí?
-Se sobresalta con los movimientos bruscos...
-Ah.
-Y le ha bufado a su muñeco.
-Que malos son los celos, ¿verdad?

28 junio 2006

Desde la barrera

Es una verdad mundialmente conocida que cuando uno está cómodamente sentado en el sofá de su casa ni se pierde en los concursos ni se fallan los penaltis.
-¿Qué tal te ha ido? -preguntó mi padre en cuanto llegué a casa después de el exámen.
-Fatal.
-¿Y eso?
-Me ha caído China.
-¿Y qué?
-Pues que es el tema más chungo -es que ahora que soy opositora utilizo un vocabulario más pulido.
-¿Que es el tema más chungo? Anda ya. Si todo el mundo sabe que China (Gongheguo) es un estado de Asia Oriental que ocupa una superficie de 9.600.000 kilómetros cuadrados en el que viven 1.149 millones de habitantes, un 20% de la población mundial. Su punto más elevado es el Everest, (Qomolangma), que alcanza 8.848 metros de altitud, y su punto más bajo es el oasis de Turfän, que está a 154 metros por debajo del nivel del mar. Incluye 5.000 islas, y está dividida en 23 provincias,(si contamos Taiwan, claro), 5 regiones autónomas y tres municipalidades... y todo ello delimitado por 20.000 kilómetros de frontera. En cuanto a su historia, debemos remontarnos al Hombre de Pekín (Zhoukoudian), que, como bien explica Amy Tan en La hija del curandero, en realidad no fue hallado en Pekín, sino en una garganta rocosa que...
-Mira, papá, ya que te lo sabes tan bien, a la próxima te presentas tú.
-Sí hombre, para que me caiga esa m**rd* de tema.

26 junio 2006

Exámen

Además de la inestimable ayuda de Antoñita (¡canonización, YA!), los días previos al exámen he recibido muchísimo apoyo.

Novio me envió un ramo gigante de flores. Monísimas, oyes.

Mi familia me hizo una pancarta y me la sujetó a la cortina con alfileres.
Ellos aseguran que no se le cayó ninguno en la cama.
Yo, por si acaso, llevo tres días durmiendo en el sofá.

El cartel es reciclable, también sirve para cuando salga la nota y decida hacerme el harakiri.
Incluso hubo cierta persona que para motivarme me ofreció su, ejem, cuerpo si aprobaba (no te preocupes por tu integridad física, no voy a decirle a Novio quién eres) .
Pero claro, no se puede luchar contra el destino: la noche antes del exámen, cuando casi me estaban dando ganas de ponerme a empezar a estudiar, sufrí el ataque de un enorme y monstruoso mosquito. Era INMENSO, unos 15 o 16 kilos, diría yo, y tenía tres hileras de afilados colmillos, y largas garras afiladas (unas 50) y hacía un ruido atronador que me impedía concentrarme.
El mosquito. Parece más pequeño porque estaba metiendo tripa. Que presumidillo.
Tanto estudiar, tanto estudiar, y cuando llega el exámen me cae China y me quedo en blanco.
Todo lo que se me ocurría es que China produce el 14% de los cerdos del mundo. Como respuesta quedaba un poco floja, así que me puse a pensar con toda intensidad en alguna película china que hubiera visto, a ver si me inspiraba.
El problema es que así de pronto sólo se me ocurría Hero, y todavía no he entendido muy bien el argumento. Jo, la gente se moría y al momento estaba viva pero se había cambiado de ropa, me hice un lío y no llegué a enterarme de si se morían o no, y además venga colorines por todas partes, que más que una película parecía un parchís en vivo.
No me valía, así que me puse a pensar con más intensidad aún y me acordé de aquella vez que un amigo de Hermano Pequeño entró en un todoacién y dijo "nihao" (supuestamente "hola", en chino) para hacerse el simpático, y resultó que los dependientes eran coreanos en vez de chinos y se pusieron como locos de rabia. Se ve que en coreano "nihao" significa pichacorta o algo peor.
Total, que a estas alturas quedaban diez minutos para acabar el exámen, así que me puse a escribir a toda leche:

El 14% de los cerdos son chinos.


En ocasiones los muertos cambian de color.

Nihao, pichacorta.


Espero aprobar.

16 junio 2006

Bonus track

Esto se lo dedico a mi papá, que me llevó al trabajo con gran riesgo para su patita pocha.

Y también a todas aquellas personas que han protestado, sin casi recurrir a la violencia (en la cabeza no, que estoy estudiando) porque no había nada nuevo.


Una de las cosas que más me gustan de el Metro de Madrid: vuela es su capacidad para superarse a sí mismo incluso en circunstancias adversas.
Por ejemplo, ayer mismo demostró que cuando llueve es capaz de funcionar incluso aún peor que de costumbre.
Para empezar, nada más llegar, me encontré con un segurata precintando con cinta azul la entrada.
-No hay servicio -dijo a la concurrencia.
Entonces llegó otro segurata.
-Ya hay servicio, pero sólo en un sentido.
-¿En cuál? -pregunté, por tocar las narices, porque a mí me vienen bien los dos, soy así de apañada.
Diez minutos de discusión después los seguratas se pusieron de acuerdo sobre cuál era el sentido y qué paradas incluía, y dejaron pasar.
En el metro olía raro. No mal, raro. Como a lluvia.
También había un ruido raro. Como a lluvia.
Es lo que tiene que haya una catarata en el túnel, cayendo directa y a chorro sobre la vía.
Jo.
Estaba mirando la cascada embobada, y pensando que como aquello durara mucho iba a necesitar ir al baño en breve, cuando llegó de nuevo el segurata.
-Que el tren pasa, pero por el otro andén.
-¿Seguro?
-Sí, seguro, pero vayan al otro andén.
Cambio de andén.
Estaba llegando al otro andén cuando sonó la musiquita:
-Atención, señores viajeros, Metro de Madrid informa: debido a las fuertes lluvias el servicio estará suspendido en la línea -estática- entre las estaciones de -interferencia- y -ruido metálico indefinido- durante un tiempo estimado de más de una hora...
Entretanto empezó a llegar gente.
Primero llegaron dos operarios con su mono de trabajo y todo. Bajaron a la vía y se quedaron mirando la cascada, mientras negaban con la cabeza.
Luego llegaron dos señores trajeados con su maletín y todo. Bajaron a la vía y se quedaron mirando la cascada, mientras negaban con la cabeza.
Poco después llegó el grupo de limpieza con sus fregonas y todo. Bajaron a la vía y se quedaron mirando la cascada, mientras negaban con la cabeza.
Llegado a este punto un señor dijo que él también quería acercarse a ver, y el segurata le dijo que vale, así que bajó a la vía y se quedó mirando la cascada, mientras negaba con la cabeza.
La vía estaba más concurrida que la M30, pero el metro no aparecía por ninguna parte.
-¿Está seguro de que han restablecido el servicio? -le pregunté al segurata.
-Sí, han dicho que ya viene.
-Pues va a ser una masacre, oiga.

07 junio 2006

Bai, bai, lof (2ª parte)

¡Exámen! La república se desmorona ante los apuntes, los esquemas y la madre que los trajo a todos. Hay héroes en ambos bandos. El mal está en todas partes. En un sorprendente movimiento, el desalmado líder de los droides, el general Grievous, ha aumentado la materia en el último momento. Mientras la armada droide separatista trata de hundir la moral a los estudiantes, la jedi Lorzagirl lidera una misión desesperada para aprobar...
Pues eso. Ya está aquí junio, se acercan los exámenes y llega el momento de ponerse a, ejem, buscar por ahí alguien que haya ido a clase y esté dispuesto a prestar los apuntes.
Así que mucha suerte a todos aquellos cuya capacidad de retentiva (mental) vaya a ser puesta a prueba estos días, y especialmente suerte a:
Hermano Pequeño. A estas alturas ya ha hecho la mayor parte de los exámenes, así que llego tarde (molesta, ¿eh?).
Hermano Mediano. Un tipo que practica con sustancias corrosivas y mecheros siempre necesita suerte.
Mi papá. Nadie tiene ni idea de qué es lo que estudia, pero tampoco nos atrevemos a preguntar, no vaya a ser que nos lo explique.
Suerte también a cierto fan de Matrix, jugador de rol empedernido (no se ha demostrado que haya matado a nadie todavía). Se rumorea por ahí que es capaz de fabricar gelatina de whisky (?). Con un talento como ese, aprobar unas asignaturillas de nada debe ser pan comido.
A Florecilla del Campo. Ella no se examina de nada, pero como novia del anterior tiene que darle apoyo.
Suerte a otro jugador de rol que tampoco ha sido hasta ahora sospechoso de asesinato (y eso que cuenta con el agravante de ser guionista). No estoy segura de que tenga exámenes, pero por si acaso.
A Anux. ¿Es que va a poder Lope de Vega más que tú? ¡Que lleva tropocientos años cadáver, hombre!
A M., que de mayor va a ser bibliotecaria. Yo también quería serlo, hasta que me dí cuenta de que tendría que estar horas en silencio. Jo. Que trabajo más duro.
Y suerte a Misia. Aunque se examina de lo mismo que yo. Y somos muchos. Y hay pocas plazas. Y parece una chica muy lista. A lo mejor en vez de desearle suerte debería estar planeándole un accidente, oyes (XD).
Y, ejem, suerte a mí.
[glups]
Nos vemos el 26 de junio.
PD: Enhorabuena a Primo de Madre Mayor, que ha conseguido que le hagan un contrato fijo. Nadie en la familia ha llegado a entender qué estudió, y todavía no tenemos claro en qué trabaja, pero hay una cosa que sí sabemos: que es muy buena persona.

02 junio 2006

No soy yo, son mis genes

-Lorz, ¿tienes que entrar al baño?
-No, ahora no.
-¿Y luego?
-Eh, sí, supongo que en algún momento tendré que ir al baño, mamá.
-Ah, bueno, entonces nada.
-¿Por qué?
-Nada, nada, es que me he encontrado un bote de pintura y se me ha ocurrido que podía pintar el techo del cuarto de baño.
Mi madre tiene problemas de espalda, y si no se lesiona dos o tres veces al año no está contenta.
-¿Todavía queda pintura?
-Sí, un bote. Debe estar casi lleno, pesa un montón.
-¿No lo has abierto?
-No, es que está muy duro. Ya lo abriré si al final me decido a pintar.
-Pues pinta, mamá, da igual, si yo me voy al gimnasio ahora.
-Pero luego te tendrás que duchar.
Jo. Siempre me están echando en cara lo del olor corporal.
-Que no, mamá, que me ducho allí.
-¿Sí?
-Sí.
-...
-¿Qué?
-¿Tienes una camiseta vieja?
-Tengo una de tirantes.
-No, de tirantes no la quiero, quiero que me tape.
-Pues eso es lo que hay.
-Voy a ver si encuentro algo en el armario de los niños.
El niño nº 1 tiene 24 años. El nº 2, 21.
-Sí, anda, mamá, ve, ve.
Va y vuelve, al rato, con una camiseta tres veces más grande que ella.
-Mira, soy Hermano Pequeño; jo, tía, es mazo de superfuerte, tía...
-¡Pero no lo imites!
-Si tú lo haces continuamente...
-¡Pero yo no soy su madre!
-Bueeeeeno, jijiji, mazo de superfuerte, jijiji, voy a abrir el bote...
-Sí, anda, ve, ve...
-Oye, Lorz...
-¿Sí?
-Que ya he abierto el bote.
-¿Y qué?


-Que ya te duchas aquí, si eso.