20 septiembre 2006

Problemas musculares

Ayer fui al médico porque me dolía el oído.
-No es el oído -dijo el médico-, es la articulación de la mandíbula.
-¡Oh, no! ¿Y tengo que operarme?
-No, no, de momento no... Lo único que tienes que hacer...
-Lo que sea.
-Es no comer chicle...
-Hecho.
-Estar a purés una semanita...
-Hecho.
-Tomarte estas pastillas...
-Hecho.
-Y hablar poco.
-Eh...
-¿Sí?
-Que mejor me opera, oiga.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué va, mujer, se descubre otra realidad cuando una escucha a los demás con la paz de espíritu que proporciona no estar pensando al mismo tiempo con qué animalada rebatir lo que te digan, sea lo que sea.

PRIMAVERITIS dijo...

Que te seden y te pegas una cura de reposo de una semana inconsciente en la cama.

Toxcatl dijo...

Que defina poco, yo que sé...

Hans dijo...

A qué se refiere V., Dilecta Leona? :-D
Lorz, no sufras: siempre puedes seguir expresándote a través del blog, jurljurljurl. Tu silencio en el mundo real redundará en beneficio de tus ansiosos lectores...

Anónimo dijo...

O eso o te haces una reputación de callada misteriosa

Anónimo dijo...

La reputacion de callada misteriosa ya se la ha labrado...Aunque lo cierto es que las dice por lo bajinis. Y menudas las dice...

lorzagirl dijo...

Creo que Leona se refiere a los Simpsons, al capítulo en el que Homer se rompe la mandíbula y se vuelve sensible.

Primaveritis, ¿reposo? Soy lo que en mi tierra llaman un "culillo de mal asiento". No paro quieta, ni siquiera sedada (y no voy a entrar en detalles sobre mis experiencias con los sedantes, porque algún día quiero escribir un libro sobre el tema).

Hans, para ser callada misteriosa tendría que callarme, cosa que de momento no me estoy planteando hacer. Si el Hombre Malo me ha visto callada es porque quien-él-sabe, cuando coge carrerilla, no da oportunidad al resto de los presentes.

De todas formas ayer me reí tanto con (y no de) quien-el Hombre Malo-sabe que creo que se me ha vuelto a colocar la mandíbula en su sitio.

Gato dijo...

¡¡Médico malo!!
A mí un endocrino me mandó hacer uno de esos regímenes horribles de una manzana al desayuno para comprobar no sé que coño de mi sangre. Se me caían las lágrimas como jamones.
No siempre se les tiene que hacer caso...

Anónimo dijo...

Jo, ¿y para qué vas al médico? Antes muerto que pasar por la consulta, oiga.

A mí me duele todo, me atiborro de analgésicos y no me acerco a una bata ni a patadas.

La última vez que fui es porque se me rompió la mano y, euhh, aguanté un día entero con la mano azul y sin dormir antes de dignarme aparecer por urgencias.

Mmm... Por lo demás, yo creo que una vez estuve callado, pero ya no me acuerdo bien.

Scarlett Witch dijo...

¡¡Dios mío!!

¡¡¡UNA SEMANA A BASE DE PURÉS!!!

Yo no puedo hacer eso. Soy incapaz.
Claro, que así estoy, que parezco el eslabón perdido entre la mujer y la ballena...

¿Lo de no hablar? Ni el más mínimo problema, encantada de la vida.

Eva Luna dijo...

Tia, hazte un cursillo de buceo en la manga ( la del mar menor, digo) asi si pasas tantas horas bajo agua no hablas, relajas los músculos y al salir tienes tanta agua en el oido que no te apetece ni comer...
que te parece???

Ms. Delphine dijo...

Una palabra: fisioterapeuta.Que sí, que ya, que cuesta dinero, pero mejor pagarse un par de sesiones para que te pongan la mandibula en su sitio a pasarse meses. Y meses. Y meses rabiando. Porque lo del crujío de la mandíbula es uno de esos achaques que te cogen cariño, lo sé por experiencia...